Estos últimos tres años hemos comprobado cómo la inflación afecta a nuestro día a día, sobre todo por el aumento del coste de la vida. La inflación está muy presente en el día a día, pero en los últimos tiempos también se habla mucho de la inflación subyacente.
¿En qué se diferencian una de otra?
- La inflación general mide la evolución de los precios de una amplia muestra de bienes y servicios, a partir del Índice de Precios de Consumo (IPC).
- La inflación subyacente no incluye ni los productos energéticos ni los alimentos no elaborados, pero sí el resto de bienes y servicios.
La elevada volatilidad de los precios de la energía y de los alimentos no elaborados hace que la inflación subyacente sea un indicador más estable. Como se está viendo esta década, la energía y las materias primas alimentarias pueden variar mucho de precio en poco tiempo y son muy sensibles a factores externos (como los conflictos bélicos, las pandemias y los fenómenos climáticos).
Las variaciones de precios se observan primero en la inflación general, marcando una tendencia que se traslada al cabo de unos meses a la inflación subyacente. Esto se ve muy claramente con el aumento de los precios de la energía, que con el tiempo acaban afectando a los precios de la mayoría de bienes y servicios.
Puede verse muy claro con estos datos:
- En marzo de 2022, la inflación general subía bruscamente hasta el 9,8% mientras que la inflación subyacente era del 3,4%. En ese momento, los precios de la energía se encontraban en plena escalada coincidiendo con el inicio de la guerra de Ucrania.
- Un año después, en marzo de 2023, la inflación general cayó al 3,3% pero en cambio la inflación subyacente es del 7,5%. Los precios de la energía se han moderado, pero la mayor parte de los sectores económicos han recogido en sus precios las subidas de los costes energéticos de los meses precedentes.
- La inflación general tocó techo en julio de 2022 (10,8%), mientras que la inflación subyacente lo hizo en febrero de 2023 (7,6%). Siete meses después, de momento. La inflación subyacente ha sido más lenta a la hora de subir y también lo será a la hora de bajar.
A la hora de tomar decisiones para controlar el alza de precios, es importante que las autoridades monetarias tengan en cuenta el comportamiento de la inflación subyacente, que tiene un gran impacto en las economías domésticas al recoger los precios de los bienes y servicios que forman parte del consumo habitual de los hogares.
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