Es imprescindible establecer vínculos de confianza entre las familias y la escuela, mediante una relación constructiva y estable basada en la cordialidad, el respeto y el conocimiento mutuo. Sólo así será posible compartir criterios educativos que nos orienten hacia nuestro objetivo común, el desarrollo óptimo del niño.
Un encuentro inicial, antes del verano, representa el primer contacto entre las familias y la educadora de sus hijas e hijos. Además, también será un espacio donde poder atender dudas y preguntas de las familias, informar sobre el periodo de adaptación, etc.
Durante el curso se planifican diferentes encuentros con las familias, tanto a nivel individual como grupal. Algunas de ellas son la entrevista individual de seguimiento, la reunión de adaptación o la reunión pedagógica.
La comunicación diaria con las familias está fundamentada en los contactos cotidianos, donde se da el traspaso de informaciones entre el educador y las familias, tanto al inicio como al final de la jornada. De manera complementaria también el blog o las libretas individuales de los niños y niñas, por ejemplo, aportan información muy valiosa sobre el día a día de las criaturas en la escuela.
Finalmente, es muy importante establecer canales de participación entre familias y escuela. La participación de las familias, como colectivo, se concreta a través del Consejo Escolar y de la AFA (Asociación de Familias de Alumnos). Además, establecemos otros espacios de colaboración y cooperación más informales como pueden ser, por ejemplo, los Talleres con Familias y las sobremesas compartidas.
