Jugamos por espacios

En nuestra escuela tenemos mucho cuidado de los espacios y propuestas de juego que ofrecemos a los niños y niñas, el juego es su herramienta de aprendizaje, los niños a través de éste aprenden a afrontar y establecer relaciones con la realidad del mundo que les rodea.
 
Es muy importante ofrecer libertad a los niños/as para acceder a diferentes materiales. Estas situaciones nos permiten caminar al lado del niño/a y no delante. Por lo tanto los materiales deben estar a su alcance y altura.
 
La curiosidad, la inteligencia, las ganas de conocer por parte de los niños/as sólo pueden manifestarse si sabemos ofrecerles un ambiente sereno, en el que los niños/as pueden mantener vínculos afectivos con otros compañeros/as y con las educadoras. El bienestar psíquico que pone en movimiento la curiosidad, la fantasía, las ganas de explorar y conocer, sólo es posible si el niño/a tiene la seguridad de vivir en un lugar de confianza, en el que se pueda sentir reconocido y encontrar referencias afectivas. 
 
El aprendizaje, que parte del propio organismo implica descubrir, tocar, sentir y explorar el entorno natural y social. La escuela facilita la exploración, el descubrimiento, la creatividad, motivando el conocimiento a través de la interacción con los espacios y los diferentes objetos y la relación con los demás. Hay una variedad de propuestas, cada una con sus peculiaridades y límites, dentro de una atmósfera general relajada, sin presiones externas, ni expectativas de producir o de tener nada, simplemente ser.
 
Los diferentes espacios permiten a los niños/as el encuentro con el otro, el descubrimiento, la experimentación, la libre circulación bajo la mirada respetuosa y amorosa de la maestra, que garantiza la seguridad física y emocional, permitiendo al niño/a ser protagonista activo del su propio aprendizaje.
 

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