En la EBM Els Gats creemos que educar implica ofrecer contextos que potencien todas las capacidades de los niños para que progresen en un desarrollo equilibrado y armónico, mostrando confianza respecto a sus posibilidades.
Consideramos al niño como una globalidad a la hora de cubrir sus necesidades básicas de adaptación, alimentación, descanso, higiene, cariño y socialización, facilitando el proceso de una dependencia inicial hacia una autonomía progresiva.
Damos mucho valor a todos los momentos y secuencias que tienen lugar a lo largo de la jornada y acompañamos a los niños haciendo especial hincapié en las situaciones de la vida cotidiana y el cuidado personal del niño. Esta estructura, que se repite todos los días de forma similar, orienta y da seguridad a los niños porque les permite anticipar lo que viene a continuación.
La actividad autónoma hace que los niños tomen conciencia de sí mismos, de sus capacidades y de sus limitaciones, por eso es importante respetar su maduración neuropsicológica y facilitarles en todo momento la autonomía.
Hay que dar tiempo al niño para que pueda probar y equivocarse, para aprender a hacer por sí mismo: coger la cuchara para comer, lavarse las manos, quitarse los zapatos para acostarse, etc. partiendo de la propia acción que el niño va logrando la autonomía, con la satisfacción que proporciona conseguir hacer las cosas solo y sentirse competente.