En La Llar las familias son uno de los grandes pilares de nuestro proyecto educativo: en una edad tan temprana, no se puede conocer ni comprender al niño/a si no se conoce y comprende a su familia.Tenemos presente en todo momento que cada familia tiene una realidad concreta; pueden provenir de distintas culturas, así como haber distintos métodos de crianza, de pensar y de entender la educación. Es por eso que, todas las familias son acogidas con amor y el máximo respeto hacia sus singularidades y características que las hace únicas; consideramos que es un aspecto enriquecedor para la escuela con el que toda la comunidad educativa puede aprender y crecer.
Nos consideramos una escuela abierta, flexible y transparente. Las familias pueden quedarse en la escuela a lo largo del día puesto que, no limitamos lo espacios ni horarios ya que es un privilegio poder contar con la participación de las familias en nuestro día a día. Ellas están para poder ver en primera persona que se cuece en la escuela, que hacen sus hijos/as, como se sienten, que relaciones establecen y, además, para compartir e intercambiar vivencias juntos. De esta manera, potenciamos la relación entre familia y escuela y poder establecer vínculos estrechos, basados en la seguridad y la confianza.
Creemos que las familias son las principales educadoras, por eso velamos por transmitirles que damos valor a su tarea como padres y madres. Nuestro objetivo será acompañar a las familias, hacerles saber que son competentes en la educación de sus hijos e hijas y que estamos disponibles para ellas. La comunicación basada en la confianza nos permite conocer las expectativas de los padres y al mismo tiempo nos aporta información sobre el niño/a y sus necesidades.
Para trazar puentes de dialogo, hacemos uso de diversos canales de comunicación: algunos más formales (entrevistas, reuniones, correos, etc.) y otros más informales (a través de la cartelera de la estancia, conversaciones durante las entradas y salidas del centro, charlas, el AFA, etc.). Lo más importante para nosotros entonces, es el bienestar de los pequeños/as y sus familias en la Llar y poder establecer una buena comunicación para conocernos mejor.¿Cómo lo hacemos? Dando tiempo, teniendo una mirada abierta, capacidad de escucha, empatía, procurando conectar con las necesidades de las familias y dando respuestas, formulándonos muchas preguntas, reflexionando…, es decir, asumiendo el lugar que nos corresponde como educadores/as y teniendo cuidado de cuál es nuestra función y cuáles son nuestros límites, pero, sobre todo, aprendiendo de todas y cada una de las familias que forman parte de La Llar.
