El juego como deber y derecho de los niños

  
La declaración de los derechos de los niños del 20 de noviembre de 1959, recoge en el artículo 31, el juego como un derecho.
 
"El niño tiene derecho al descanso, al ocio, al juego y la participación en actividades culturales y artísticas."
 
Para nosotros no es sólo un derecho, sino también un deber. Ésta debería ser la principal actividad de los niños, el juego no sólo aporta aprendizaje, sino que es aprendizaje. En el día a día en la escuela se dan multitudes de momentos de juego, de relación, de investigación y de aprendizaje y tenemos que tener muy presente que el juego nace del impulso innato del/la niño/a para cubrir su necesidad de explorar, de conocer y de interpretar lo que le rodea.
 
 
En la escuela esta es la principal acción que realizan los niños y niñas a lo largo del día. Los espacios de la escuela están pensados, diseñados y planificados para que los niños puedan ir desarrollando sus capacidades a través del juego. Vamos adaptando los materiales a los diferentes procesos evolutivos. De tal manera, que permite que éstos puedan desarrollar su juego a su ritmo y según las necesidades que tengan en cada momento. Defendemos, pues, el juego donde el adulto observa, acompaña y provocando propuestas para que los niños puedan decidir a qué quieren jugar y como en cada momento.
 
 
Entendemos que las emociones que se desarrollan a través del juego aportan el placer y, por tanto, son esenciales para poder iniciar los primeros aprendizajes. De hecho, las conexiones neuronales necesitan de una emoción placentera para que puedan perdurar en el tiempo y sean significativas para el aprendizaje.
 
Cabe decir que también hacemos propuestas en pequeño grupo, como experimentaciones, modelaje, trasvases ... respetando aquellos niños que prefieren hacer otro tipo de propuesta en ese momento. Entendemos que para que un niño se encuentre seguro, dispuesto y curioso hay que respetar, como siempre hacemos en todos sus procesos, su participación o decisión.
 
Los materiales que ofrecemos permiten adaptarse a cada niño/a ya que no están pensados ​​para un único objetivo, sino que permiten dar respuesta a las necesidades específicas de cada uno. Intentamos que este material sea lo más natural posible, ya que entendemos que el contacto con los elementos naturales proporciona tanto vivencias físicas (temperatura, color, texturas...) como emocionales (tranquilidad, serenidad...). Encontrareis conchas, maderas, troncos, cadenas, agujas, telas, agua, ... materiales con los que los niños irán construyendo, modificando y estableciendo sus aprendizajes.
 
En la escuela, pues, proporcionamos un espacio seguro donde poco a poco, el niño/a conquista la autonomía del propio juego, a través del cual se descubre a sí mismo y va iniciando la relación con el entorno de una manera placentera y satisfactoria. Porque entendemos que el juego es libertad, es una fuente de placer, es un proceso sin fin aparente, es descubierta, es el medio que tienen los niños de conectarse con el entorno,..

El juego es la actividad por excelencia de la infancia, es una actividad vital e indispensable para el desarrollo humano, pues contribuye de manera relevante al desarrollo psicomotor, intelectual, social y afectivoemocional (Garaigordobil, 2003, Piaget 1945/1979;Vigotsky, 1933/1982; Wallon 1941/1980)
 
 

 

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