En nuestra escuela damos valor educativo a todos los momentos y secuencias de actividades que tienen lugar a lo largo de la jornada, haciendo especial incidencia en las situaciones de la vida cotidiana y el cuidado personal del niño. Todas las situaciones que vive, influyen en su crecimiento e instauran maneras concretas de percibir el mundo. La familia, el entorno y las diversas situaciones, se convierten en fuente de desarrollo y patrones de aprendizaje.
Consideramos al niño como una globalidad, favoreciendo su desarrollo integral y cubriendo las necesidades básicas de adaptación, alimentación, descanso, higiene, afecto y socialización. El objetivo de nuestro trabajo es facilitar y acompañar el proceso de los niños y niñas desde una dependencia inicial hacia una autonomía progresiva, la adquisición de hábitos personales y la relación con un entorno rico idóneo para que el niño aprenda jugando y interaccionando con los demás.
"El respeto al niño como persona, como ser único que establece relaciones y que influye en los acontecimientos de su entorno. Y, en consecuencia, el valor de una atención lo más individualizada posible. " Emmi Pikler
