La escuela, un espacio diverso en oportunidades para poder atender las diferentes necesidades e intereses de cada uno de los niños.
Durante su estancia, los niños y niñas evolucionan en habilidades y capacidades. En cada momento del juego y la exploración del entorno, aparece un nuevo reto que permite llegar a nuevos aprendizajes, haciendo pequeños pasos, creando sobre lo conocido, construyendo a partir de lo que ya consiguió ayer.
Los adultos acompañamos ofreciendo espacios adecuados, que generen emociones y que impulsen a conocer el entorno. Se aprende a través de la acción y por lo tanto es indispensable ofrecer un espacio rico que no desestime sus capacidades sino que potencie su interés por descubrir de forma autónoma.
La relación entre niños, fomenta esta diversidad de oportunidades ya que observando lo que hace el otro también se aprende y se genera reflexión.
La planificación y organización del espacio y el tiempo en la vida diaria de la escuela no es casual sino que está pensada para que el niño se sienta bien acogido, activo y protagonista de su aprendizaje.
