El momento de la comida forma parte de uno de los puntos esenciales de la jornada escolar, ya que se basa en la higiene y la alimentación de los niños/as. También es un momento de grupo, un momento para socializar y comunicar, un momento para relacionarse y ayudarse...En definitiva, un momento para conocerse a uno mismo y conocer a los demás, tanto a compañeros y compañeras como a la educadora. El día a día, la repetición de las rutinas, es decir, lo cotidiano, ofrece seguridad a los niños/as porque les permite poder saber lo que vendrá posteriormente y, por lo tanto, anticiparse. A medida que van adquiriendo dicha seguridad, los niños/as poco a poco pueden ir ganando autonomía.
Para poder facilitar la relación y la comunicación, ofrecer una atención más personalizada y reducir el tiempo de espera de los niños/as, hacemos dos grupos con la tutora del aula y la educadora de apoyo como referentes. Los adultos nos dirigimos al pequeño grupo en conjunto y escuchamos a cada niño/a individualmente. Dejamos a cada uno el tiempo que necesita, al mismo tiempo que velamos por un cierto ritmo grupal. Los ayudamos cuando lo necesitan, siempre dando paso para que sean ellos mismos los protagonistas de su comida, sin interferir en todo lo que pueden hacer por sí mismos y acompañándolos cuando tienen más dificultades.
Para más información, podéis consultar el pdf que encontrareis en documentos de interés.
