[CANCELADA] Sotaveu
Visita guiada con Mar Arza y Valentín Roma
03.12.2024
Martes 3 de diciembre, 18 h
CANCELADA
Sotaveu es la primera exposición antológica sobre la obra de Mar Arza (Castelló de la Plana, 1976). En ella se presentan siete piezas inéditas, concebidas para esta muestra, junto a una serie de trabajos que se realizaron entre 1997 y la actualidad.
La trayectoria de Mar Arza evoluciona desde el interior de una poética sutil, minuciosa y al mismo tiempo rotunda, en la que somos convocados a «leer intensamente». Así, contra cierta prepotencia implícita en cualquier discurso ―el autor investido de autoridad―, sus proyectos solicitan una mirada e incluso una posición atenta a lo que se repliega y se resiste a ser percibido de manera inequívoca.
El lenguaje, o mejor, la retaguardia de las palabras, los modos en los que estas contribuyen al disenso, adopta un papel crucial en las gramáticas de la artista, quien no solo se ocupó de las abstracciones que sostienen todo mensaje, sino especialmente de sus más estrictas materialidades, desde el significado de una tipografía hasta los sistemas de construcción de imágenes o la corporeidad de un símbolo.
El escritor colombiano Juan Cárdenas identifica la ligereza como «una seña del gran arte, ese que parece flotar y evita verse grave». Efectivamente, lo ligero, es decir, las ideas emancipadas de la pesada solemnidad doctrinaria, se halla como fundamento en buena parte de los trabajos de Mar Arza, incluso en aquellos que desenmascaran cómo las artes han representado y estigmatizado el lugar social de las mujeres, y cómo han influido históricamente sobre él.
De ahí proceden sus rescates acerca de las políticas de la femineidad desarrolladas como corrientes subterráneas, sus relecturas de insubordinaciones que conspiraron frente a sus sucesivas hegemonías, que se tejieron en las fisuras de la memoria, indetectables pero firmes, a veces frágiles y secretas, siempre adelantándose para señalar qué está dispuesto a volar y qué se hunde.
Toda la obra de Mar Arza se sitúa en una suerte de parpadeo epistemológico que permite ver el rostro y las herramientas de lo apremiante y de lo que merece ser pensado de nuevo, transmitido de otra forma. Y es que, cuando las certezas escasean, cuando el nihilismo deviene un ornamento vacuo y, sobre todo, cuando hay que tomar la palabra, necesitamos que los artistas hagan de la perplejidad un manifiesto, que hilvanen las urgencias con las metáforas.
Blanca Varela, la gran poeta peruana, escribió unos versos maravillosos, que hablan sobre la rebeldía que se desata al unir nuestras vulnerabilidades. Dicen así: «la lentitud es belleza / copio estas líneas ajenas / respiro / acepto la luz / bajo el aire ralo de noviembre / bajo la hierba / sin color / bajo el cielo cascado / gris / acepto el duelo y la fiesta».