El bar de la señora Olvido
Where: Palau de la Virreina
La Rambla, 99
Barcelona
Barcelona

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El bar de la señora Olvido

El bar de la señora Olvido
Rafel Bernis

09.06.2020 – 18.10.2020


Comisario: Valentín Roma

Durante el año 1979, Rafel Bernis (Barcelona, 1945) fotografió el trasiego de clientes que frecuentaban un bar situado en pleno epicentro de lo que entonces se conocía como el Barrio Chino, en la calle Sant Ramon esquina Marquès de Barberà. Lo hizo mezclándose con los parroquianos habituales, sin que la presencia de su cámara alterase aquel establecimiento que regentaba la señora Olvido.

El resultado es una serie fotográfica que documenta un momento y un lugar en la historia de Barcelona, unos usos de ciertos espacios de socialización y, finalmente, el reverso de las planificaciones urbanas que, auspiciadas por la Transición y tomando la cultura como punta de lanza, cambiarían los modos de habitar la ciudad en los tiempos venideros.

Las imágenes de Bernis se alejan del proyecto del realismo humanista que imperó en la fotografía española entre mediados de los cincuenta y el primer tercio de los sesenta. Asimismo, también se sitúan a desmano de los fotógrafos catalanes de los setenta, quienes impugnaron a la generación anterior por la vía artística o «creativa», según se decía entonces.

Observando este reportaje parece inevitable referirse a las instantáneas que Anders Petersen tomó del Café Lehmitz en Hamburgo, las cuales vieron la luz en un libro de fecha similar (1978), aunque datan de 1967. Sin embargo, a diferencia de estas fotografías y de otras retóricas visuales que muestran la marginación desde posiciones entrañables, discriminadoras y bienintencionadas, aquello que tal vez otorga un estatuto diferente a El bar de la señora Olvido es la disolución de las fronteras entre el espacio político de la representación, el espacio teatral de las relaciones humanas y el espacio ficticio de la fotografía.

Más allá del mirar burgués hacia las juergas de las clases populares, con sus tics exóticos y sus idealizaciones heroicas, apenas existen documentos fotográficos que ilustren cómo eran los bares en los que alternaba el lumpenproletariado emigrante en la Barcelona de finales de la dictadura e inicios de la democracia.

No obstante, parte de la relevancia de esta serie procede de su anacronismo, de la imagen que proyecta sobre las inminentes trasformaciones que mutaron el Barrio Chino en el Raval. Los procesos de gentrificación, unidos a las diversas acupunturas urbanas, hicieron que establecimientos como el que registra Bernis hayan desaparecido o tengan otro tipo de usuarios. El chaflán donde estuvo situado el bar de la señora Olvido es, hoy, un espacio al aire libre. Paradójicamente, se llama plaza de Pieyre de Mandiargues, una denominación que homenajea al autor de la novela Al margen (1967), que narra la Barcelona prostibularia de los sesenta y que transcurre por estas mismas callejuelas.

Visto desde los nuevos paisajes socioeconómicos del Raval, El bar de la señora Olvido documenta cierto instante epigonal: el de una Barcelona que conservaba rasgos de pueblo mientras pretendía ser metrópolis; el de una urbe que, buscando transformarse en modelo, mantenía amplias zonas aún reacias a devenir una marca neoliberal.