A partir de 2016 La Virreina Centre de la Imatge puso en marcha una serie de líneas de investigación que pretendían reconectar sus paradigmas institucionales con aquellos desbordamientos producidos desde la esfera artística y activista.

Tras una primera etapa (2016-2018) en la que las llamadas Plataformas de Producción de Imaginario Social desarrollaron múltiples iniciativas, y después de un segundo período (2019-2021) orientado al análisis sobre los usos políticos y sociales de las imágenes, la historia colonial del edificio donde se ubica La Virreina, así como otras exploraciones en torno a la condición diaspórica o la memoria del proletariado, iniciamos una tercera fase que gira alrededor del trabajo del performer Tiziano Cruz, un artista de la periferia de Argentina, que a partir de una selección de marcas autobiográficas compone narraciones escénicas que articulan componentes dramatúrgicos multimediales como el vídeo y la resonancia sonora en vivo. Tiziano ha ido organizando los cuadros escénicos en completa soledad, recuperando la memoria de su cuerpo y la potencia de sus ancestros andinos.

Desde el 29 de agosto hasta el 3 de octubre de 2022, Tiziano Cruz y su compañía se instalarán en los espacios de La Virreina Centre de la Imatge para, desde ellos, desarrollar la tercera parte de Trilogía familiar, una investigación sobre el rol del padre, la madre y los hermanos dentro de una estructura familiar en un contexto de tragedia social, económica y cultural en el norte de Argentina.

Este proyecto lo forman Adiós Πατέρας (un ensayo sobre el recuerdo o la despedida), coproducida por La Bienal de Arte Joven (AR) en 2019; Soliloquio (me desperté y golpeé mi cabeza contra la pared), coproducida por el Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), en 2022; y Wayqeycuna, actualmente en elaboración.

Consideramos la estancia de Tiziano Cruz y su compañía como una vuelta de tuerca al formato investigador y cooperativo en los marcos institucionales. De igual forma que existen ciertas inercias a reproducir desde el museo las interfaces académicas y los espacios de jerarquía respecto a la transmisión del saber, también se asumen unas lógicas de consumo y rentabilidad pública que creemos que deben cuestionarse.

Los artistas no tienen un papel ocasional, parametrizado y sólo utilitario en las instituciones, sino que sus prácticas «instituyen», es decir, nos convocan para que produzcamos todos juntos —mediante la certeza y el error, en la discrepancia y a través del ensayo—, formas variadas de subjetividad crítica.

A pesar de sus particularidades, buena parte de las investigaciones que La Virreina desplegó hasta el momento estaban emparentadas con la emisión discursiva, con las figuras sacramentales del texto y la imagen. Invocamos ahora otro lugar epistemológico y fundacional, el del cuerpo y sus relatos.

La compañía está integrada por Luciana Iovane, Rodrigo Herrera, Matías Gutiérrez, Luciano Giambastiani, Cecilia Kuska (de Rosa Studio) y Tiziano Cruz.