El qué contra el cómo: arte contemporáneo y escritura crítica
Juan Cárdenas
14.10.2025
Dentro del ciclo "Paisajes después de la catarsis", comisariado por Iván de la Nuez
Martes 14 de octubre, 19 h
Juan Cárdenas (Popayán, Colombia, 1978). Novelista y ensayista, sus libros son siempre viajes de ida y vuelta entre mundos aparentemente irreconciliables: Europa y América Latina, el arte y la ciencia, los sustratos y lo epidérmico. En su texto más reciente, La ligereza, afronta un abismo al que al campo intelectual le cuesta mirar de frente. Ese en el que, a pesar de tantas revoluciones de museo, «el pueblo y el arte se han echado a perder», donde todo está dispuesto para «seducir al patrón o suplantarlo». Y donde somos capaces de fetichizar desde las buenas causas hasta sus verdaderos o supuestos sujetos de redención.
Tres décadas después del futuro, liberal y aburrido, profetizado por Francis Fukuyama, la poshistoria ha pasado a la historia. Ante esta certeza, de poco sirven los eufemismos con los que, durante ese tiempo, hemos intentado achicar el barco. Entre otras cosas, porque, después de los derrumbes sucesivos del comunismo y la socialdemocracia, el departamento de demoliciones se está ocupando en serio de ese liberalismo, tan feliz como falaz, que hace treinta años se nos vendió como el puente inefable hacia la eternidad.
Este tren se ha detenido en una estación en la que aquel «liberalismo para siempre» ha quedado remplazado por el capitalismo, solo el capitalismo y «nada más que el capitalismo» avistado por Branko Milanović. Un autoritarismo de mercado, cada vez más desentendido de la democracia, que prevalece como patrón de esta época.
Tampoco es consuelo seguir estirando esa tiranía de la catarsis desde la que, a través de redes y plataformas digitales de uso cotidiano, en vez de cambiar el mundo nos hemos resignado a denunciarlo; en lugar de definirlo, nos hemos conformado con renombrarlo.
Conviene recordar, por otra parte, que la poshistoria convirtió lo crepuscular en el más rentable de sus productos culturales, repartiendo a diestro y siniestro obituarios para el arte y la novela, la ideología y la revolución, las utopías y las élites.
Es en esta situación, aburridos de un aburrimiento que nunca llegó, en la que situamos Paisajes después de la catarsis, un programa público por entregas.
Un proyecto que aterriza en un siglo XXI que ya ha cumplido su primer cuarto y desde el cual aspiramos a encontrar claves que vayan más allá del enunciado de unas crisis y unos estancamientos de los que precisamos salir.
