Los calçots: el tesoro de la temporada
Cuando llega el invierno, los mercados de Barcelona se llenan de uno de los grandes protagonistas de la cocina catalana: los calçots. Este alimento tan nuestro, con su dulzura suave y textura tierna, es sinónimo de encuentros al aire libre y auténtica tradición.
Si aún no has disfrutado de una buena calçotada, ¡ahora es el momento perfecto para descubrir los secretos de este delicioso producto! La temporada de los calçots comienza habitualmente en noviembre y se extiende hasta el mes de abril, aunque su punto álgido suele situarse entre enero y marzo. Durante este periodo, es fácil encontrar calçots frescos y de calidad en nuestros mercados.
Los calçots no solo son deliciosos, sino también muy saludables: son bajos en calorías, su contenido en fibra ayuda a mejorar la digestión y contribuyen a una buena salud intestinal. Estos vegetales son, además, una excelente fuente de vitaminas B, C y K, así como de minerales como el calcio y el potasio, y antioxidantes que ayudan a combatir los radicales libres y a proteger las células.
¿Y cuál es la mejor manera de cocinarlos? La forma tradicional es a la brasa, un método que realza su sabor. Para ello, hay que preparar un buen fuego con leña o carbón vegetal, colocar los calçots directamente sobre las llamas vivas y cocinarlos hasta que estén bien tostados por fuera. Una vez cocidos, se sirven envueltos en papel de periódico para mantenerlos calientes. Ya en la mesa, hay que pelar la primera capa negra con las manos y sumergir la parte blanca en la tradicional salsa romesco.
En el puesto de los Hermanos Pascual del mercado de la Boqueria, Miquel y David nos explican que la temporada de calçots comienza a partir de Todos los Santos y se alarga hasta Semana Santa, siendo febrero y marzo los meses más buenos y la época más común para hacer calçotadas. Para cocinarlos, lo más típico es hacerlos a la brasa a llama viva, pero también nos comparten otras alternativas deliciosas: unos calçots rebozados, que pueden ser un entrante perfecto para una comida, o unas croquetas de calçots para sorprender a nuestros invitados. Como consejo, David nos recomienda cortar la barba y las raíces antes de degustarlos; de esta manera, quedarán más tiernos y serán más fáciles de comer.

En el puesto Mercè del Prat, en el mercado de Hostafrancs, Josep Casas nos muestra orgulloso los calçots que ellos mismos cultivan en el Baix Llobregat. Nos cuenta que este año, podremos disfrutarlos hasta el mes de mayo, y aunque son muy populares a la brasa, a él le encanta prepararlos al horno. “¡Quedan muy buenos! Solo tenemos que calentar el horno a temperatura alta, colocarlos y cocinarlos hasta que estén tiernos. La clave es taparlos bien con papel de aluminio para mantener su textura esponjosa”.

Aprovecha esta temporada para disfrutar de una de las tradiciones gastronómicas más emblemáticas de Cataluña. Tanto si organizas una calçotada con amigos como si los cocinas en casa, los calçots siempre serán una elección ganadora.
