Una domus ubicada junto a la muralla de Barcino, datada entre los siglos I y IV d. C. Destaca por el rico conjunto de pinturas de techo y pared, recientemente recuperadas y restauradas gracias al Plan Barcino y que se podrán contemplar en visitas guiadas.

Esta finca de la calle Regomir era un bloque de viviendas del siglo XIX construido encima del palacio Gualbes que a su vez estaba adosado a la muralla romana de la antigua Barcino. El edificio, que estuvo desocupado durante años, ocultaba patrimonio arqueológico de gran valor histórico que una cuidadosa intervención arqueológica ha permitido poner en valor. Hoy en día se pueden visitar, por un lado, un tramo de 17 metros de muralla romana del siglo IV y, por otro lado, los restos de unas termas del siglo I.

La Casa de l’Aigua fue construida por la compañía pública municipal barcelonesa Aguas de Moncada entre los años 1915 y 1919. Tras la epidemia de tifus que asoló la ciudad en 1914 y causó una alta mortandad debido a la contaminación del agua distribuida por la compañía municipal, se tuvo que renovar con toda urgencia el sistema de suministro de agua de boca. La instalación formó parte de una gran infraestructura de canalización para mejorar la capacidad de caudal y el abastecimiento de agua a la ciudad durante el siglo XX.

La fábrica Fabra i Coats es un recinto de un interés patrimonial excepcional, que sigue el modelo de los conjuntos industriales ingleses. La recuperación del complejo ha permitido preservar en gran medida el conjunto edificado, que ahora ya empieza a acoger entidades y proyectos culturales y educativos. El proyecto impulsado desde el MUHBA, que incluye las grandes salas del sistema energético junto con otros espacios, se orienta hacia la creación de un espacio museístico centrado en la relación entre ciudad y trabajo.