Desde que el niño/a y su familia vienen a la escuela, se inician muchas relaciones nuevas basadas en el respeto mutuo, la confianza, la comunicación y la escucha entre las familias y el centro escolar. Relaciones que, además de garantizar intercambios diarios y comunicación, ofrecen seguridad al niño/a, con el fin de ayudarles a responder a sus necesidades y ampliar y diversificar sus experiencias en el contexto familiar.
En nuestra escuela ofrecemos diferentes canales de comunicación e intercambio con las familias, y esto nos permite conocer mejor a los niños/as y responder a sus necesidades. Estos canales de comunicación son:
- El momento de entrada y salida es muy propicio para que las familias compartan con el educador/a sus intereses, impresiones, experiencias... Que el niño/a a menudo escucha y participa de manera activa.
- Un panel de imágenes donde diferentes momentos de lo que sucede en el área escolar se documentan visualmente durante el curso y que favorece la comunicación entre la familia y el niño/a en cuanto a sus experiencias en la escuela.
- Un espacio dirigido a las familias a compartir con sus hijos y sus hijas un momento de relación, ya sea mirando un cuento, amamantando al niño/a o hablando con otras familias, y así disfrutar de experiencias familiares en el centro escolar.
- Nuestra vida cotidiana hace posible que las familias participen y compartan diferentes momentos durante el curso, como la fiesta de la Castañada, Santa Cecilia (Semana de la Música), Carnaval, Navidad, la semana cultural de San Jordi, etc.
- Entrevistas individuales, una al principio, otra durante el curso y siempre que la familia o la escuela lo considere necesario.
- Reuniones de todo el grupo, una al inicio del curso con el objetivo de que las familias se conozcan y donde explicamos los proyectos que trabajaremos. Otra al final del curso de valoración entre todos.
- Y no debemos olvidar los espacios de participación como la Asociación de Familias de Alumnos (AFA) o el Consejo Escolar.
En la escuela surgen una infinidad de interacciones y relaciones que implican el comienzo del aprendizaje para conocerse a sí mismo y conocer a los demás. Saber relacionar lo que eres, piensas, sientes y quieres con lo que piensan los demás, sienten y quieren.
Generalmente primero aparecen las relaciones entre el adulto y el niño/a cuando los acogemos, los escuchamos, satisfacemos sus necesidades vitales, de afecto y aprecio, movimiento, además, para permitirles hacerlo libremente, pero siempre sintiéndose acompañados por un adulto que escucha y presta atención a sus descubrimientos.
Y poco a poco, los niños/as se van acercando de manera libre y espontánea a los demás, ya sea dentro de un grupo entre iguales, o con niños/as mayores o más pequeños, y se generan una gran cantidad de situaciones: observar, imitar y reproducir la actividad de otros niños/as, ayudar o ser ayudados/as, colaborar, compartir situaciones y construir conocimiento juntos/as. Surgen momentos de complicidad, relaciones afectivas y también conflictos, pero todos ellos son importantes para el correcto desarrollo del niño/a.
En resumen, las relaciones de los niños/as en la escuela infantil se convierten en un laboratorio de pruebas para definir sus relaciones e interacciones futuras.