LA VIDA QUOTIDIANA A L’ESCOLA BRESSOL

En la escuela infantil, el tiempo se organiza en torno a las actividades cotidianas ligadas a la satisfacción de las necesidades básicas de los niños (momentos de cura). Estas actividades son el eje de la organización educativa y ayudan a fortalecer el vínculo con el adulto; descubrir los propios límites, necesidades y posibilidades; avanzar en la comunicación e ir ganando autonomía.
El juego es el vehículo del aprendizaje en la escuela infantil. Necesidad de tiempo de juego libre y del libre movimiento para experimentar partiendo de sus intereses y necesidades evolutivas. Ponemos al niño en el centro de su aprendizaje, ellos son los guías. Aprendizaje significativo. Fomentamos la autonomía personal y la autoestima.
Necesidad de tiempo al aire libre, estar en contacto con la naturaleza (jardín) y experimentar con material natural sensorial.
El educador o educadora como acompañante del niño en su proceso de aprendizaje. También como diseñador/a de espacios, donde la estética y el contenido están pensados para satisfacer las necesidades evolutivas de los niños y sus intereses.
La actitud del educador o educadora respetuosa y cariñosa. El respeto hacia el niño y sus procesos. Ser conscientes y susceptibles a sus necesidades. Aun así, sensibles a las necesidades emocionales, sentirse queridos, vinculados y con confianza para soltarse y ser quién son, es decir, establecer un marco de confianza donde sentirse seguros.
Importancia de la expresión en general. La música, la lectura, la experimentación plástica son actividades de gran valor en la escuela infantil.
Acompañar a las familias respetando al máximo sus creencias y su manera de hacer. Creemos en la necesidad de establecer una relación de confianza mutua donde el niño sienta que vayamos todos a una.

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