LAS TRES AAA

Con estas tres palabras hemos encontrado la expresión de nuestro hacer, la mirada desde donde podemos enfocar nuestra práctica educativa como un hilo conductor en la escuela bressol " Les Quatre Torres."

ACOGER, recibir, dar un espacio, un momento que ayude a hacer saber a las personas grandes y pequeñas que atraviesan la puerta, que lo admitimos en nuestra compañía. Un hecho habitual que año tras año se repite, al principio y a lo largo del curso.

El recibimiento es un acto sencillo pero muy importante puesto que hay que asegurar el momento inicial, un buen empezar. La Acogida, como bien dice  Jaume Cela:" se da a las distancias cortas y son las más vulnerables, puesto que permiten descubrir el rostro, el gesto y las necesidades que este rostro y este gesto manifiestan."
Los primeros días de septiembre, cuando empiezan niños y familias, cuando se incorpora personal nuevo o cuando recibimos los estudiantes en prácticas. También a medio curso, cuando viene alguien a hacer una sustitución, cuando un niño/a se incorpora más tarde o sencillamente cuando viene una visita.

Pero sobre todo durante el día a día es cuando hay que leer el deseo de la criatura. Aquel saber de la educadora cuando antes de que el niño/a cruza la puerta ya sabe como lo tiene que coger, qué le tiene que decir, como lo tiene que consolar para hacer el tránsito de la familia a la escuela lo más ligero posible. Valoramos las pequeñas cosas, los pequeños detalles, estos son los que realmente nos importan.
Tener la capacidad de recibir personas y de ampararlas no se puede improvisar en una escuela y esto nos ha traído a plantearnos la adaptación con otro significado, un proyecto nuevo: La ACOGIDA como eje transversal y prioritario. 

ACOMPAÑAR en la crianza a las familias al descubrir su primera comunidad educativa, al entender, participar y hacerse visibles en el día a día. Acompañar los niños en sus descubrimientos, en su desarrollo y sus capacidades de relacionarse y de convivir: escuchar, comprender, tolerar, interactuar, cooperar y compartir con los adultos y con los otros niños. Y entre nosotros, Acompañar al claustro; educadoras de apoyo, limpieza y cocina. Sentir que estamos presentes y que vamos de la mano con el mismo propósito: el buen estar de los niños. El hecho de realizar diferentes tareas y tener diferentes responsabilidades no impida reconocernos como un equipo que tiene una misma misión.
El trabajo en equipo se podría considerar una mera metodología pero en nuestro caso lo consideramos un valor, un ejemplo de convivencia y de respeto, que no sólo nos tiene que llevar a trabajar por unos objetivos comunes sino que nos tiene que enriquecer como personas.

DESPEDIR dándole cabida con el ritual que nos ayuda a aceptarlo. Despedir los niños y sus familias: la fiesta final de curso, la libreta de los recuerdos (para que todo el mundo que quiera o que tenga la necesidad, pueda expresar sus pensamientos íntimos), la visita de las maestras de parvulario... Momentos de abrazos, de afecto y de llantos.  El cosquilleo de la barriga, un futuro desconocido se los acerca… A pesar de que las criaturas están contentas se los espera en una nueva escuela.
Despedir a las personas que nos ayudan a hacer crecer la escuela, poder compartir, aprender y enriquecernos los unos de los otros entre sonrisas y gestos delicados,...la sabiduría y el buen trato......

 

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