El plan especial de establecimientos de concurrencia pública y otras actividades de Gràcia es una herramienta urbanística que permite regular la implantación de determinadas actividades en el territorio.

El Plan de usos de Gràcia se caracteriza por dividir el distrito en diversas zonas. Una zona saturada, donde la implantación de ciertas actividades está prohibida; unas zonas de contención, donde la nueva implantación de actividades es más restrictiva, y unas zonas perimetrales y una zona genérica, donde es más fácil ubicar nuevas actividades.

Aunque el Plan de usos define unas zonas y unos ámbitos específicos y para cada uno de estos se definen unas condiciones específicas, una de las características principales del Plan de usos es que para la implantación de nuevas actividades musicales, de restauración, comercios alimentarios con degustación y platos preparados, hay que acreditar que el número de establecimientos existentes es inferior a un determinado número absoluto.