There is a place in memory where past steps echo in the present,  a potential space in which presence happens as a place of appearance,  something comes to that rhythmic story... Between the steps that time suspends, the body is carried forward by what it bears, a polyphony of voices in the voice... There where a call plays in us, we hear emergences of a time that we ignore.

Y  la ocasión cantaba, entre todo, la sed ladra en la saliva...

a patadas la melodía va dejando caer tres notas  y un ciego en la voz...

 duele lejos de aquí, la otra cara del gesto ofrecido,

 entre todo, la sed tiembla en agujero...

 moviendo acentos a plena luz escucha...

 donde margulla el esqueleto...

 ¿A qué sabe ahora tu silencio?

 Con la boca abierta, la curiosidad del cuerpo salvaje  y

  su abrevadero de ausencias tras la lengua,

  no llega la pregunta a convertirse en nido, 

 lo que sopla cruza la intemperie,

 dejando ver la transparencia más antigua

  pastaban los ojos de aquella noche,

  en apenas un instante escupió el bosque.

  Aún la imagen cuenta semillas... pasos de una multitud

  en el fondo del rasguño

  de que hablan los muertos,

  lo que no sabes alcanza primeros pasos y

  en el suelo de otra voz,

  danza...

¿Es tiempo de qué?

This performance arises through the inspiring encounter and collaboration with the work of Inmaculada Salinas, especially in her proposal of impregnation on the imagery of Santa Eulalia, the stimulating mediation of Joaquín Vázquez and the accompanying vision and records of Laura Vallés. 

ARTISTIC CREDITS:
Choreography and interpretation: Mónica Valenciano 
Fragment of music: "Adagio", Violin Sonata No. 1 in G minor, BWV 1001, Johann Sebastian Bach, performed by Christiane Edinger
Light design: Cristina Libertad  
Accompaniment in the creation residency: Raquel Sánchez, Cristina Carroquino, Chefer Cuneo and María Escobar 
Director's assistant: Raquel Sánchez
Residency space in collaboration with: Espacio en Blanco (Madrid)