Valentina Alvarado Matos (Maracaibo, 1986) y Carlos Vásquez Méndez (Santiago de Chile, 1975) inician en 2017 una suerte de «colectivo sin nombre». Desde entonces, las artistas, ambas cineastas,  han trabajado de un modo individual y de un modo conjunto, desarrollando un cuerpo de obra versado en la imagen fílmica a través de dos intereses compartidos. Por un lado, la autorreferencialidad cinematográfica; es decir, un cine que nos habla del propio cine. Por otro, una narrativa emocional y sensible que surge a través de la vivencia.

Su fascinación por la técnica ilusoria del cine los ha llevado a fijar su atención en cuestiones como la existencia lumínica de la imagen en movimiento, sus efectos perceptivos en nuestra retina, o incluso a comprender su artificio —el celuloide, el proyector, la pantalla— bajo una concepción escultórica que estrecha los vínculos entre el cine y las artes visuales. Desde lo narrativo, totalmente rostro aborda cualidades identitarias adheridas a lugares y momentos de pertenencia emocional, y lo hace desde una aproximación pausada y esencial, donde lo micro —una piedra, un cuerpo— abre capas de significado derivadas de conexiones simbólicas y telúricas.

La exposición deviene así en reverso y continuidad de el otro aquí, muestra organizada en Centre d'Art La Capella dentro del programa Barcelona Producció 2024 entre los meses de febrero y abril. Ambas exposiciones nos hablan de una memoria personal marcada por la distancia; mientras el otro aquí se manifiesta a través de la fragmentación fugaz de las imágenes, totalmente rostro expande su metraje mediante un desarrollo visual suspendido en el tiempo. Sin pretensión documental, sin pacto ficcional o simplemente dejando que sean las propias imágenes las que sostengan un posible relato, totalmente rostro entrecruza filmaciones que exploran conexiones primigenias con la tierra, desdibujando así los límites de aquello que consideramos paisaje.