Quan Zhou

Entrevista realizada por Almudena Díaz Pagés.

“Viajar, formarse y leer son las estrategias que mejor funcionan contra la discriminación”

 

Quan Zhou es ilustradora y diseñadora gráfica. Estudió en Madrid y se graduó en Inglaterra. Adora la siesta y odia el apio. Su madre insiste en que se case con un chino, y ella no hace mucho caso al tema. Ha publicado viñetas en la versión digital de El País, colaborado en el programa “Hoy empieza todo” de Radio 3, en Podiumcast con “El Quanderno” y en el “Debatuiter” de Carne Cruda. Además en 2015, sacó su primera novela gráfica, Gazpacho agridulce, a la que siguió, en 2017, Andaluchinas por el mundo y, en 2018, El Gran Libro de los niños extraordinarios, junto a Nuria Labari. Su Instagram es @gazpachoagridulce y, hasta el momento, no se ha comido a ningún gato.

Hablamos con ella con motivo de su participación en la campaña #AturemRumors, lanzada en abril de 2018 por la Xarxa BCN Antirumors.

Hemos leído que tu nombre español es Margarita. Como mujer andaluza-china nacida y criada en España: ¿podrías explicarnos cómo vives esta triple identidad?

Es cierto que mi nombre español es Margarita, es decir, así me llamaban algunas personas fuera de casa, pero en el registro estoy inscrita como Quan. Sobre lo de lidiar con la triple identidad, siempre digo lo mismo: es un trabajo muy difícil y que lleva mucho tiempo. He crecido en España y, por mucho que hable chino, muchas de mis costumbres y, en general, mi manera de pensar es occidental. Pero, también he sido educada siguiendo tradiciones que responden al origen cultural de mi familia china.

Ello ha implicado vivir dos mundos y, por tanto, vivir experiencias diferentes de las que vivían las chicas de mi edad, es decir: menos privilegios y también, en muchos casos, menos libertades. En este contexto, esta triple identidad cuesta mucho de llevar, en gran parte, debido al racismo que te rodea. De hecho, mientras creces puedes incluso llegar a pensar “que lo chino es malo”.

Solo con el tiempo y gracias a un proceso largo de trabajo interno para empatizar con el entorno y entender el porqué de las diferencias entre las costumbres de unos y otros, llegas a darte cuenta de que esta diversidad es algo positivo, pues, en realidad, te permite tener acceso a dos mundos y a culturas e idiomas diferentes.

Dada tu ascendencia china, ¿qué opinas de la descripción “migrantes de segunda o de tercera generación”? ¿Te sientes identificada con ella?

La verdad es que yo utilizo esta expresión a menudo, aunque sé que no tiene mucho sentido, es decir, no me siento identificada con ella simplemente porque yo he nacido aquí. Lo correcto sería decir que soy española de ascendencia china. Sin embargo, sí que utilizo estos conceptos en mi día a día porque creo que es la manera más sencilla de que la gente me entienda, y quiero llegar a todo el mundo.

Algunas de las personas entrevistadas en la  web #BCNvsodi han defendido que en España existe un “racismo estructural”. ¿Tú te consideras una persona racializada? ¿Por qué?

Sí, claro que me siento una persona racializada. Que soy china no es algo que pueda ocultar a nadie. Pero también quiero puntualizar que a día de hoy no sufro un racismo “tan visible”. Creo que ello se debe a que, por un lado, la sociedad ha ido evolucionando y cada vez es más mixta y, por otro, ya no vivo en un pueblo sino en una ciudad grande, y en ella la diversidad no es anecdótica, es la normalidad.

A ello también hay que añadir que cuando era pequeña era más vulnerable ante los niños o adolescentes, que suelen tener bastante menos empatía que los adultos, especialmente décadas atrás cuando había una menor presencia de la diáspora china en España. Entonces sí que sufrí comentarios racistas fuertes del tipo: “puta china de mierda vete a tú país”.

De todas maneras, a día de hoy también experimento este tipo de situaciones pero de menor intensidad, es decir, “microracismos” como el clásico: “Vale, pero ¿de dónde eres en realidad”? o “Para ser china que bien hablas español”, etc. Supongo que es el resultado del desconocimiento y la ignorancia. Al fin y al cabo, para muchos de mis amigos occidentales, soy la primera amiga china que tienen.

Hemos leído muchas veces que una de las formas de racismo que experimentan con más frecuencia las personas racializadas es el racismo institucional. ¿Crees que sufre la comunidad china también este tipo de racismo?

Personalmente no he sufrido racismo institucional, quizás generaciones chinas anteriores a la mía sí lo sufrieron, pero, al menos en mi pueblo, a mí nunca me han pedido el DNI por la calle ni nada parecido. Sin embargo, sí he visto como se lo pedían a personas latinas.

Lo que sí he vivido yo y he visto experimentar a mis padres, es un cambio de actitud en cuanto a la clase social. Antes se pensaba que los chinos venían a quedarse con el trabajo que los españoles no querían, que eran pobres y no tenían capacidad adquisitiva y, por lo tanto, no consumían. Pero ahora, con la emergencia de China como potencia económica, todo eso ha cambiado, especialmente en los comercios dónde han pasado de ignorarnos a hacernos literalmente la pelota. Ahora mismo en El Corte Inglés hasta tienes personal shoppers que hablan chino.

Dado que a lo largo de tu carrera, parte de tu trabajo lo has dedicado a desmontar rumores y estereotipos sobre la comunidad china en España, nos gustaría preguntarte: ¿qué estereotipos o prejuicios referidos a esta comunidad crees que son los más peligrosos?

La verdad es que los clásicos rumores como el de que “comemos gatos y perros” o estereotipos como el de que “trabajamos 24h al día”, son rumores y generalizaciones que no representan la realidad, como mucho pueden generar curiosidad, pero no rechazo.

Sin embargo, los rumores que sí considero que son peligrosos porque producen envidia y desasosiego hacia esta comunidad, son los relacionados con la capacidad económica. Por ejemplo, el típico rumor de que “los chinos pagan menos impuestos” puede convertirse en algo muy dañino en un contexto de crisis económica, como el que hemos vivido en estos años. Es muy peligroso, sobre todo porque cuando la gente lo está pasando mal, hacerles creer que otro sector de la población se está enriqueciendo, mientras el resto no llega a fin de mes, puede generar sentimientos de odio.

Por otra parte, también creo que un rumor o prejuicio muy injusto es el que insiste en que “los chinos son una comunidad hermética que no se relaciona”. Es totalmente normal que una parte de la comunidad china, como por ejemplo la generación de mis padres, tuviera dificultades para relacionase con su entorno. Al fin y al cabo, no conocían el idioma y encima debían de enfrentarse al racismo de la sociedad. Si yo ya sufro rechazo ¡imagínate ellos!

Por suerte, también creo que esto cada vez sucede menos y que, poco a poco, estamos caminando hacía grupos raciales mixtos, como sucede en muchos lugares de Estados Unidos, dónde la diversidad es la norma.

En línea con ello, como mujer de origen chino, ¿sientes que las mujeres chinas en España sufren un racismo específico por su condición de género?

Por supuesto que sí. Un ejemplo es que, mientras a los hombres chinos se los asexualiza, a nosotras todo lo contrario, se nos hipersexualiza. Existe esta idea de la mujer asiática en el imaginario occidental en el que esta siempre se ve como joven y sumisa. A veces, tanto a amigas mías de origen asiático como a mí misma, nos ha pasado que nos hemos visto en situaciones en las que no sabemos si la otra persona quiere conocernos, o simplemente somos su fantasía sexual.

Entendiendo el discurso de odio como el “fomento, promoción o instigación del odio, la humillación o el menosprecio por razones de raza, color, ascendencia, origen nacional o étnico”: ¿dirías que has sido víctima alguna vez de este discurso? ¿Y alguien de tu entorno o que conozcas? ¿Y en Internet?

Sí, muchas veces, sobre todo cuando era más joven. Comentarios como los que te decía antes de “puta china vete a tu país”, son para mí ejemplos de este discurso. Sin embargo, este odio lo he sufrido sobre todo en la calle y, a pesar de que mi trabajo es mayormente digital y está muy expuesto, a día de hoy no me he encontrado todavía con este tipo de comentarios en mis redes o en mi página.

Sin embargo, mi amigo Chenta Tsai sí que ha sufrido discurso de odio en Internet por ser de origen asiático y/o gay. De hecho, su nombre artístico es Putochinomaricón como estrategia de apropiación y autodefensa y, muchas veces le atacan los haters.

¿Qué crees que necesitan hacer la sociedad y/o las administraciones públicas para frenar o acabar este discurso de odio y estos prejuicios y estereotipos? ¿Y en Internet, cómo crees que se debería actuar?

Creo que la clave es la educación. Educar en la diversidad, en la cultural global, contra las discriminaciones, dar a conocer la historia de otros países. Además, también considero importante combinar esta educación con una mejor preparación y formación de los profesores y de las administraciones, para actuar frente a estas situaciones. Por mucho que en una clase haya diversidad racial, si el profesorado no está entrenado para actuar ante ataques racistas, el problema va a seguir estando ahí.

En Internet, creo que la clave está también, de nuevo, en la educación. Creer que se puede erradicar el discurso de odio en la Red es simplemente una utopía, es tratar de ponerle diques al mar. Creo que sería más útil educar a las personas en valores, porque ellas son quienes están detrás de esos comentarios discriminatorios online.

Sobre las medidas actuales que existen, creo que sí, que evidentemente puede ser positivo multar este discurso online, ya que incentivan al hater a pensárselo dos veces antes de compartir de nuevo mensajes racistas, xenófobos, etc. Pero, igualmente, sigo sin pensar que sea la medida más eficaz pues, a esa persona, por mucho que le hayan puesto una multa, seguirá siendo o pensando de manera racista, y buscará otros espacios para difundir su mensaje y lanzar su bomba.

Como colaboradora de la campaña de la Xarxa BCN Antirumores #AturemRumors, recomiendas como estrategia para protegerse de los rumores discriminatorios salir a conocer a los vecinos y entablar relaciones con personas de otras comunidades. ¿Qué otras estrategias crees que funcionan contra los rumores y prejuicios? ¿Qué otras acciones llevas tú a cabo?

Es un tópico pero creo que viajar, formarse y leer, son las estrategias que mejor funcionan contra la discriminación. Como ya he dicho antes, creo que la base de estos discursos y prejuicios es la falta de conocimiento y, sobre todo, la ignorancia. Si la gente viajara más (cada uno evidentemente dentro de sus posibilidades) se daría cuenta de que los seres humanos realmente no somos tan diferentes los unos de los otros.

Actualmente, colaboro en la campaña #AturemRumors y en otras iniciativas contra los rumores. Por mi lado, sigo trabajando en mi proyecto Gazpacho Agridulce.  Y, además, organizo un taller con la psicóloga En Wai Zhou Lin, “Emociones ilustradas”. En él buscamos acercarnos a las vivencias del día a día de los migrantes y su entorno. Trabajamos a través del cómic y de ejercicios dinámicos, estereotipos, prejuicios y crisis de identidad de las segundas generaciones, así como el potencial que emana de estas identidades múltiples. Utilizamos como recursos experiencias autobiográficas, tratando siempre de fomentar la empatía entre los asistentes y hacerlos reflexionar.

Siempre nos gusta pedir referentes y ejemplos sobre activismo contra la discriminación y el discurso de odio: ¿nos recomendarías otras iniciativas y/o activistas chinos que trabajen para combatir los estereotipos y los discursos discriminatorios?

Contra el racismo y a nivel español está, como ya he dicho antes, Chenta Tsai, que creo tiene un discurso increíble. La periodista y escritora Lola Hierro, que anteriormente coordinaba el blog de “Migrados”, de El País digital, y que actualmente acaba de publicar El tiempo detenido y otras historias de África. Otro artista y activista chino que también me gusta mucho es, por supuesto, Ai Weiwei, quien trata muchos temas de índole social, sobre todo a favor de las personas migrantes.

También destacaría a la socióloga, feminista, política brasileña y militante de los derechos humanos, Marielle Franco, tristemente asesinada por su activismo. Y, desde el mundo del cómic, creo que un buen ejemplo para hacer a las personas pensar puede ser Persépolis, una obra que te hace reflexionar sobre los discursos de odio y la discriminación, y sobre muchas otras cosas.