Del 18 de julio al 30 de noviembre de 2014 el Castillo de Montjuïc acogió la exposición “Baixant de la Font del Gat. Las fuentes populares de Montjuïc”. La exposición nos sumergía en la sociedad que rodeaba estos espacios patrimoniales y naturales creados en torno al agua y que, durante muchos años, se erigieron como escenarios imprescindibles de los momentos de ocio y celebración de la clase media y obrera de la ciudad de Barcelona.
Con un pretexto divulgativo, la exposición ofrecía pequeños relatos iconográficos, narrativos y sensoriales de un pasado no tan lejano para el emblemático emplazamiento. Así pues, a fin de adentrarse en tiempos pretéritos, contó con fotografías, ilustraciones y litografías, así como con textos y efectos sonoros que evocaban, a través de la experiencia, el contexto que daba motivo a la exposición.
El fondo documental que presentaba la exposición bebe principalmente de una selección de fotografías de jornadas y celebraciones en las fuentes populares de Montjuïc tomadas por autores como Frederic Ballell, Carlos Pérez de Rozas o Josep Brangulí, además de reproducciones de dibujos y litografías de la época, y de autores como Lola Anglada y Pau Febrés YII. Durante años, Montjuïc ha sido el espacio rural y el jardín de los habitantes de la ciudad, el lugar idílico en el que descansar y disfrutar de las vistas y de la luz de un espacio abierto y alzado, como el que proporciona la montaña.
Muchas eran las fuentes populares disgregadas por la montaña de Montjuïc; algunas naturales y otras canalizadas y embellecidas por una escultura. Desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX estuvieron muy concurridas, y entre las más vividas se encuentran la Font del Gat, la Font Trobada, la Font dels Tres Pins, la Font del Geperut, la Font del Tir, la Font del Parc de Baix o Laribal, la Font d’en Conna, la Font de la Vista Alegre, la Font de la Guatlla, la Font d’en Pessetes, la Font de la Mina y la Font de la Satalia. En las fuentes populares de Montjuïc tenían lugar todo tipo de actos sociales. Los domingos y festivos, familias, parejas y grupos de amigos subían a hacer la tradicional “fontada” (merienda en torno a una fuente) a jugar, bailar, encontrarse, celebrar... Festividades como la vigilia de San Juan se convertían en citas multitudinarias, mientras que las fuentes más bellas y ajardinadas eran las más solicitadas para celebrar enlaces matrimoniales, comuniones o bautizos. Durante los primeros años del régimen franquista, incluso, los paradores más escondidos por la espesura de los árboles (como la Font de Tres Pins, por ejemplo) proporcionaban a los ciudadanos unos espacios idóneos para la realización de encuentros clandestinos de grupos y movimientos considerados peligrosos para la dictadura.
Créditos de la exposición
Organización:
Institut de Cultura. Ajuntament de Barcelona
Conceptualización, diseño y montaje:
MagmaCultura
Producción:
Reproduccions Sabaté
Digiprint Center
Fusteria Marti
Sonido:
Joan Redondo
Corrección y traducciones:
Artslingua:
Joan Lluís Quilis (català / castellà)
Joyce McFarlane (anglès)
© de textos:
Josep M. Riutort
© de imágenes fotográficas:
Lola Anglada
Frederic Ballell
Josep Brangulí
Pau Febrés Yll
Carlos Pérez de Rozas
Lucien Rosin
Josep Sagarra
Pau Lluís Torrents
Agradecimientos:
Arxiu Fotogràfic de Barcelona
Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona
Centre de Recerca Històrica de Poble-sec