Liberadas siete mujeres víctimas de una red criminal
Las víctimas, mujeres vulnerables de origen latinoamericano, eran captadas con falsas ofertas de trabajo en las redes sociales. Permanecían encerradas durante semanas en pisos donde eran obligadas a ejercer la prostitución hasta saldar la deuda contraída, que podía llegar a los 3.000 euros. Hay doce personas detenidas: diez en Barcelona y dos en Valencia. Tres de los principales responsables han ingresado en prisión provisional.
Agentes de la Guardia Urbana, de la Policía Nacional, y con la colaboración de EUROPOL, han desarticulado una organización criminal dedicada a la explotación sexual de mujeres de origen latinoamericano en prostíbulos de Barcelona y Valencia.
La red delictiva, con ramificaciones en Madrid y Gandía (Valencia), utilizaba diversas redes sociales para captarlas, a través de ofertas laborales falsas y promesas de estabilidad económica en España.
En total, se han liberado siete mujeres y hay doce personas detenidas (diez en Barcelona y dos en Valencia). Tres de los principales responsables han ingresado en prisión provisional por su presunta implicación en delitos de tráfico de seres humanos con finalidades de explotación sexual, detención ilegal, agresión sexual, amenazas, tráfico de drogas y delitos contra los ciudadanos extranjeros.
Antecedentes de la investigación
La investigación se inició en el mes de marzo de este año, después de una inspección policial en un club del centro de Barcelona, donde varias mujeres relataron haber sido explotadas previamente en un piso prostíbulo de la ciudad. Habían sido captadas a través de redes sociales bajo la apariencia de ofertas de trabajo como modelos o acompañantes, y obligadas a hacer sesiones fotográficas desnudas o semidesnudas, por las cuales tenían que abonar 150 euros.
Captación y endeudamiento
Las víctimas (procedentes de varios países de Latinoamérica) eran engañadas con perfiles falsos que ofrecían trabajos en agencias de modelos o centros de masaje y spa, con sueldos que se suponía que tenían que ser de entre 1.300 y 2.000 euros mensuales, alojamiento, comida y billete de avión. Todo eso generaba una deuda de entre 2.000 y 3.000 euros con la trama criminal.
Una vez en España, los miembros de la organización les retiraban los pasaportes y las obligaban a ejercer la prostitución. Las mujeres permanecían cerradas durante semanas o meses bajo vigilancia constante, sin recibir compensación económica y bajo amenazas con represalias contra sus familias en caso de intentar escapar. Además, sufrían violaciones y agresiones por parte de uno de los miembros de la red, con el objetivo de forzarlas a mantener relaciones sexuales con “clientes VIP”.
Desmantelamiento de la red
Gracias a las gestiones policiales, se ha conseguido desmantelar completamente la organización, que disponía de cinco prostíbulos en funcionamiento en Barcelona y mantenía ramificaciones operativas en Madrid y Gandía.
Durante la fase final de la investigación se han hecho entradas y registros en estos prostíbulos (cuatro en Barcelona y uno en Gandía) y en un local en la capital catalana, donde se han intervenido:
- 15.180 euros en efectivo
- Grandes cantidades de sustancias estupefacientes
- Tres relojes de alta gama
- Varias joyas de oro
- Documentación relevante para la investigación