La reivindicación del movimiento del tiempo libre educativo como un agente educativo de primer orden centra la jornada “Caus y esplais, clave de una ciudad comprometida”

Con el objetivo de reconocer el papel del asociacionismo educativo dentro de la comunidad educativa y la educación comunitaria, este jueves, 4 de mayo, tuvo lugar la sesión Caus y esplais, clave de una ciudad comprometida: alianzas entre el asociacionismo educativo y los centros educativos”.

El Consejo Educativo Municipal de Barcelona (CEMB) colaboró con el Consejo de la Juventud de Barcelona (CJB) en la organización de la jornada, que se celebró en el Espacio Joven La Fontana.

Miquel Àngel Essomba, director de la Cátedra de Educación Comunitaria de la UAB, fue el encargado de llevar a cabo la ponencia inicial del acto, que giró en torno al vínculo entre la escuela y las entidades del ocio educativo, que históricamente ha sido una relación de distanciamiento.

Según Essomba, esta distancia se da por el poder que tiene la escuela, amparada como derecho constitucional y universal, y por un sistema que ha dotado de estructuras e infraestructuras a este derecho en régimen de cierta exclusividad. En cambio, la huella que dejan los caus (grupos de scouts) y los esplais (centros de tiempo libre educativo) es a menudo invisible en el sistema educativo, aunque perdure en la formación de valores y de la persona a lo largo de su vida.

Además, como consecuencia de la universalidad de la escuela, esta tiene un rol importante en la búsqueda de la inclusión y la lucha contra la segregación, mientras que en las entidades de ocio educativo las desigualdades sociales no están tan acentuadas como en los centros escolares.

Con el fin de superar estas diferencias, Essomba cree que es necesario que escuelas, caus y esplais combinen sus fortalezas y debilidades en un marco compartido. Plantea un plan de trabajo conjunto en que el marco común se centre en la comunidad: impulsando objetivos compartidos, relaciones horizontales, procesos reflexivos y una transformación efectiva. Se trata de un plan de trabajo que debe entenderse a largo plazo, a seis años vista, teniendo como ejemplos programas comunitarios que ya funcionan, como el Plan de barrios o el Baobab.

La segunda parte del acto consistió en una mesa redonda sobre las alianzas entre el asociacionismo educativo y los centros educativos. En la mesa redonda participaron personas vinculadas al mundo del tiempo libre educativo y del escultismo, así como representantes del Instituto Escuela Trinitat Nova, la Escuela Els Horts y el Distrito de Ciutat Vella, que compartieron casos de buenas prácticas de colaboración comunitaria emprendidas en sus centros y barrios.

A lo largo del debate, se valoraron los impactos del movimiento del ocio en los jóvenes (horizontalidad, construcción de una ciudadanía crítica y comprometida, espacio de acción política y comunitaria…) y se reivindicaron las condiciones que debe tener el local de un cau o un esplai para poder desarrollar adecuadamente sus proyectos.

Los miembros de la mesa redonda constataron que hay que abrir las escuelas a esplais y caus para avanzar hacia una educación comunitaria. Consideran que es necesario que el movimiento educativo del ocio sea reconocido como un agente educativo de primer orden y se lo dote de más recursos por parte de la Administración, más presencia en los espacios de decisión y en los medios de comunicación para garantizar, en definitiva, un mayor reconocimiento social.

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