La infidelidad financiera

El dinero es uno de los aspectos importantes de la vida de una pareja. Hay varios tipos de pareja en función de cómo gestionan las finanzas.

En la mayoría de casos, en una pareja coinciden tres economías: la economía común y las economías individuales de cada uno de sus miembros.

Es conveniente que las parejas dediquen tiempo a hablar, acordar y organizar la gestión de la economía común. Cuando la gestión del dinero es cosa de dos, se establecen objetivos comunes y se reducen las situaciones de desequilibrio en la toma de decisiones relacionadas con el dinero.

Por eso, la comunicación y la transparencia son esenciales a la hora de evitar que el dinero sea un problema para la pareja.

¿Qué es la infidelidad financiera?

La infidelidad financiera puede definirse como la ocultación intencionada de información sobre cuestiones económicas que afectan directamente a una pareja.

Algunos ejemplos pueden ser:

  • Mentir sobre los ingresos (salario, cambio de trabajo, beneficios del negocio, etcétera).
  • Ocultar compras u otros gastos.
  • Ocultar deudas o retrasarse en el pago de las cuotas.
  • Dejar dinero a familiares o amigos sin avisar.
  • Realizar inversiones sin consultar.

Cuando se rompen los acuerdos a la hora de gestionar el dinero o se ocultan decisiones económicas que pueden poner en peligro la economía común se puede hablar de infidelidad financiera.

De hecho, las disputas económicas son una causa habitual de separaciones y divorcios y muchas de estas disputas se deben precisamente a la infidelidad financiera.

¿Cómo prevenir y gestionar la infidelidad financiera?

  • Comunicación: Hablar de dinero no debe ser un tema tabú. Hay que poder hablar con la pareja, con los hijos, con los padres. Tanto cuando las cosas van bien como cuando van mal.
  • Identificar los errores: Se debe saber reconocer las conductas económicas que no son adecuadas y no repetirlas.
  • Establecer las metas comunes: Es necesario concretar las decisiones económicas que deben tomarse conjuntamente y también aquellas que se pueden tomar individualmente.
  • Planificación común: Es aconsejable tener un presupuesto para la economía común. Esto permite tener presentes todos los gastos, deudas y objetivos de ahorro que la pareja debe afrontar conjuntamente.

No se trata de control, sino de confianza. La clave es evitar tomar decisiones que afecten negativamente a la economía y al patrimonio comunes.

Las finanzas en pareja, cuando tenemos una economía común, deben gestionarse en pareja.

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