¿Qué son los gastos fantasma y los gastos vampiro?

En estas fechas muchas personas celebran la fiesta de Halloween, donde se cuentan historias de miedo, se hacen túneles del terror y la gente se disfraza con motivos terroríficos.

En el ámbito de las finanzas personales también hay “personajes” que dan miedo, como los gastos fantasma y los gastos vampiro, que tienen la capacidad de hacerle mucho daño a nuestra economía.

¿Qué son los gastos fantasma?

Son servicios que contratamos y que vamos pagando todos los meses, sin apenas darnos cuenta. Aunque no sean demasiado necesarios o los utilicemos poco, los mantenemos porque nos parecen importes asumibles. Su impacto en el presupuesto puede llegar a ser importante.

Los ejemplos más típicos son las suscripciones a servicios de streaming para ver películas y series o escuchar música, la cuota del gimnasio, aplicaciones y funcionalidades del teléfono móvil que suman a la tarifa unos céntimos o unos euros cada mes, etcétera.

Cómo puedes hacer frente a los gastos fantasma:

  • Revisa todas tus cuotas y suscripciones y pregúntate si realmente las usas y las necesitas.
  • Comprueba las tarifas de telefonía, televisión de pago, y otros, para comprobar si estás pagando complementos que no utilizas o desconocías.

¿Qué son los gastos vampiro?

Son gastos que no hemos contratado o que hemos contratado sin ser conscientes de ello. También pueden ser gastos derivados de averías y problemas de mantenimiento.

Muchos gastos vampiro están relacionados con los suministros del hogar (agua, luz y gas). Por ejemplo, una potencia energética excesiva en el contrato de la luz o un servicio de mantenimiento que no utilizamos y que no sabíamos que se puede dar de baja.

También lo son los escapes de agua (aquel grifo o cisterna que va perdiendo gotas y nunca arreglamos), electrodomésticos antiguos o averiados que funcionan mal y consumen mucha electricidad, ventanas que no cierran bien y que nos hacen gastar más dinero en calentar la casa, etcétera.

Cómo evitar los gastos vampiro:

  • Revisa todas las tarifas de los suministros y mira si tienes contratado lo que realmente necesitas y nada más. Puedes pedir cita en los Puntos de Asesoramiento Energético (PAE) para que te ayuden.
  • Comprueba el buen funcionamiento de las fuentes de energía y las instalaciones de la casa. La reparación de lo que no funciona y un buen mantenimiento te ayudará a ahorrar dinero a lo largo del tiempo.

Y si quieres mejorar la gestión de tu economía personal y familiar, te recomendamos que realices el Curso Digital de Educación Económica del programa EdEc.

Ir arriba