El jardín de nuestra escuela es un espacio lleno de oportunidades, donde los niños pueden experimentar, manipular, moverse con libertad y disfrutar de un entorno rico en propuestas diversas. Es una zona de vida, donde se generan múltiples relaciones y de descubrimientos tanto sensoriales, como motrices y emocionales.
El jardín de la escuela es un ambiente donde los niños pueden actuar libremente y autónomamente, estimulados por el que les ofrece el entorno. Hay todo un abanico de propuestas que podemos ofrecer a los niños. El juego al aire libre permite crear y prever zonas que favorecen el juego, como por ejemplo, experimentación con agua o arena, propuestas de movimiento, diversas estructuras a diferentes niveles, la observación del entorno, espacios donde dibujar o comunicar -se.
Consideramos que el jardín de nuestra escuela tiene un doble papel, es un espacio lleno de recursos para el aprendizaje vivencial y es una zona que favorece la convivencia y la celebración de eventos con todos los miembros que conforman la vida en el guardería.
Así mismo, jugar al aire libre estimula la imaginación y la creatividad de los niños y niñas, ya que es un escenario idóneo para inventar juegos y imaginar situaciones. Las oportunidades de aprendizaje son numerosas en los espacios abiertos, donde las criaturas tienen la posibilidad y total libertad de observar, explorar y experimentar por sí mismos o acompañantes por los adultos.
Gracias al juego al aire libre los niños y niñas experimentan y aprenden conductas, resuelven problemas y se adaptan a su entorno explorando. A través del juego libre, los niños, desarrollan las bases del aprendizaje, adquiriendo confianza, seguridad y amistad dentro del ambiente.
