El momento de la comida

En la Llar creemos que la hora de la comida es de vital importancia. Pensamos que tiene que ser un momento de placer para el niño/a, de relación entre este y el adulto de referencia: el pequeño se alimenta para crecer, para vivir.
Es un momento que aporta múltiples aprendizajes:

  • Nacen las pautas sociales: es un momento de comunicación entre adultos, niños y niñas.
  • Entran en juego muchos aprendizajes de autonomía como, por ejemplo, dominar la cuchara, poder sentarse a una silla por uno mismo y aprender a no mancharse.
  • Se aprender pautas culturales: utilizar utensilios adecuados y adaptarse a las maneras propias de nuestra cultura.

Es un momento en el que las emociones juegan un papel muy importante. Cada uno tiene una vivencia diferente, según su experiencia personal y, por lo tanto, una actuación diferente en una misma situación.

Antes de planificar  el momento de la comida, hablamos con las familias con el objetivo de conocer el tipo de alimentación de cada pequeño/a, sus horarios, ritmos y maneras de hacer de cada una de ellas. Según la información que tenemos de todos los niños/as del grupo, los/las educadores/as, distribuyen el tiempo y se organizan para atender las necesidades de cada uno respetando siempre, su momento evolutivo. Es por ello, que en la Llar se pueden observar niños/as que toman pecho, biberón, que comen en la falda, en grupos reducidos (de 2 o 3 niños/as) hasta llegar a grupos de 5 o 6 niños/as, pero nunca en gran grupo. De esta manera, podemos atender de manera más individualizada i hacer del momento de la comida uno más agradable. Por eso, hace falta una gran organización previa y muy cuidada, junto con un orden que ayudaran a los pequeños/as a anticiparse a las acciones, a integrar y comprender lo que sucede y a favorecer su participación y autonomía.
 

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