La Cesta de los Tesoros y el Juego Heurístico

En la escuela escogemos con mucho cuidado todo el material que ofrecemos a los niños y niñas, buscando aquellos que despierten su curiosidad y favorezcan  el autoaprendizaje. Buscamos la belleza, partiendo sobre todo de elementos naturales y de calidad, que permitan la afirmación personal y el descubrimiento de uno mismo. Dos de las propuestas de juego libre durante los dos primeros años de vida de los niños y niñas es la Cesta de los tesoros y el Juego Heurístico. Se trata de ofrecer materiales cotidianos con diferentes propiedades para favorecer la estimulación sensorial, la exploración del entorno y descubrir las posibilidades de movimiento del propio cuerpo.
La Cesta de los Tesoros es una propuesta de juego dirigida a los niños y niñas de 6 a 10/12 meses. Se trata de un juego que facilita el descubrimiento y promueve la atención y la concentración en los bebés. Algunos de los beneficios se concretan en mejorar la coordinación ojo-mano y mano-boca, así como entrenar las capacidades perceptivas a través de los cinco sentidos.
Los materiales que se ofrecen son de uso cotidiano, como cucharones, anillas, estropajos, pinceles; elementos naturales, como piedras, conchas, caracolas de mar; objetos de madera, como la cuchara de la miel, la mano del mortero, la bobina de hilo; de metal, como flaneras, juego de llaves, cucharas, campanitas; de piel, ropa o goma, como pelotas de cuero, cremalleras, anillas de cafetera; de papel y cartón, como cajitas y tubos, y objetos de vidrio, como botes de cosmética, espejitos o tiradores de armario. Todos estos objetos han de estar dentro de una cesta de mimbre amplia, estable y sin asas. De lo que se trata es de ofrecer la mayor variedad posible de propiedades (peso, olor, color, forma, temperatura, sonido, consistencia, etc.) que los acerque a la riqueza sensorial de su entorno.
La Cesta de los Tesoros constituye una gran oportunidad para los niños y niñas más pequeños, ya que les permite explorar su entorno, partiendo del propio interés y al ritmo que marca el niño o la niña, favoreciendo el desarrollo de la autonomía, mediante el placer que proporciona la sorpresa durante el descubrimiento. Se podría decir que cuando los bebés tocan, chupan, miran, tiran o sacuden los objetos se formulan hipótesis en base a la pregunta ‘¿Qué es esto?’.
Además, esta actividad representa un punto de partida para las interacciones entre iguales, ya que facilita que los niños y niñas se observen, se acerquen, se miren e imiten lo que hacen los demás.
Durante este tiempo de juego, el adulto ha de proporcionar seguridad a los niños y niñas, mediante su presencia, disponibilidad y mirada atenta, facilitando al bebé un espacio propio para la exploración y el grado de autonomía de que es capaz en cada momento.
El Juego Heurístico es una actividad destinada a los niños y niñas entre los 12 y 20/24 meses y está concebido como continuación de la Cesta de los Tesoros. Se trata de un juego de descubrimiento que da respuesta a una mayor capacidad motriz del niño y niña a la necesidad de investigación, a través de la interacción de los materiales. Algunos beneficios se concretan en la puesta en práctica de diferentes acciones sobre los objetos, hecho que contribuye a estructurar el pensamiento y que facilita la adquisición del lenguaje y la relación entre iguales y con el adulto.
El material básico para hacer esta propuesta es de tres tipos: los objetos, los contenedores y las bolsas. Los objetos han de ser polivalentes, fáciles de manipular y han de facilitar la combinación entre ellos. Los contenedores son los elementos que darán respuesta a la necesidad de meter y sacar que tienen los niños y niñas a esta edad. Pueden ser de diferentes tipos, con o sin tapa y han de tener una medida que les facilite la manipulación. Las bolsas de tela serán donde se guardará el material ya clasificado y hay de tener una para cada tipo de objeto.
El Juego Heurístico consta de dos partes. La primera es la fase de exploración y combinación de objetos, donde los niños y niñas actúan libremente durante la combinación de los diferentes materiales. Algunas de las acciones son agrupar y separar, llenar y vaciar o apilar. El adulto le aporta seguridad con su presencia, pero sin interferir en su juego y proporcionando un clima de tranquilidad. La segunda parte es la de recogida, cuando los niños y niñas van llevando el material a las diferentes bolsas, acompañados activamente por la figura del adulto por medio del lenguaje. Durante este proceso, los niños y niñas realizan acciones como desplazarse por el espacio, seleccionar objetos, observar sus diferencias y similitudes, así como agruparlos y clasificarlos por tipos.
Esta propuesta constituye una gran oportunidad para que los niños y niñas desplieguen su potencial motriz, comunicativo y reflexivo. Podríamos decir que cuando los niños y niñas combinan los objetos y prueban diferentes acciones se formulan hipótesis en base a la pregunta ‘¿Qué puedo hacer con esto?’.
En definitiva, nuestra tarea se centra en proporcionar a los niños y niñas recursos de calidad, variados, bonitos, interesantes i ricos sensorialmente que les despierten la curiosidad y las ganas de descubrir su entorno más cercano.
 

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