La flauta es un instrumento delicado que hay que tratar con cuidado.
Lee con atención estos consejos para tener siempre el instrumento en condiciones.
- Cuando hemos terminado de tocar hay que secar el interior del tubo, pieza por pieza. Para ello hemos de enhebrar una de las puntas de un paño absorbente (tipo gasa) y enroscarlo hasta conseguir el grosor adecuado ajustado al diámetro del tubo. Hay que prestar atención cuando secamos la embocadura de no golpear el extremo tapado (izquierdo) ya que podríamos desplazarlo de su sitio.
- La limpieza del exterior de la flauta no hace que el instrumento suene mejor pero hace que el acto de tocar la flauta sea mucho más agradable. Hay que utilizar un trapo tipo gamuza y tener mucho cuidado de no desprender los muelles del mecanismo. Reduciremos mucho la suciedad si cogemos el hábito de lavarnos las manos antes de tocar. Para casos de mucha porquería acumulada podemos utilizar unos trapos especiales impregnados con un líquido limpia-metales.
- Si comemos justo antes o en medio de las sesiones de práctica conviene que nos cepillamos los dientes (sobre todo si se trata de golosinas azucaradas).
- No dejar nunca la flauta sobre lugares muy calientes (estufas, radiadores ...) ni sobre lugares fríos (superficies de mármol).
- Cuando viajes en coche no dejes nunca la flauta en el maletero. De esta manera también evitarás posibles robos.
- Pon tu nombre y un teléfono de contacto dentro del estuche de la flauta por si la perdieras.
- No utilices el estuche para guardar los trapos de lavar y secar la flauta porque forrzarías el reposo del mecanismo.
- Bajo ningún concepto toques el tornillo que obtura el extremo izquierdo de la embocadura, porque al mover el tapón que sujeta la afinación se resentiría.
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