Memoria Democrática

En 1955 la prisión de mujeres de Les Corts cerró y las reclusas fueron trasladadas a un departamento especial habilitado dentro de la prisión Modelo, hasta que el 9 de julio de 1963 se inauguró la nueva prisión provincial de mujeres de la Trinitat en este lugar. En esta prisión fueron encerradas sindicalistas, universitarias, activistas vecinales y, en general, las mujeres antifranquistas capturadas por la dictadura.

Tenía capacidad para 250 personas y estaba destinada al cumplimiento de arrestos y estancias cortas de hasta dos años, con especial énfasis en la labor de readaptación social de las reclusas a través del trabajo, la instrucción y la asistencia católica, que se encargó a las miembros del Instituto Secular de la Cruzada Evangélica. La praxis adoctrinadora que estas ejercían sobre las mujeres hizo que la vida en la prisión fuera un calvario y un verdadero instrumento de control y de represión penitenciaria sobre las mujeres durante los últimos años del franquismo.

En protesta por esta situación, al final de la dictadura se produjeron diversas movilizaciones de apoyo a las mujeres, y en 1978 el nuevo director general de Instituciones Penitenciarias hizo una visita al centro, acompañado de la prensa, lo que precipitó la adopción de medidas para enderezar una situación que ya no se podía tolerar por más tiempo.

Siguió funcionando como prisión de mujeres hasta el final de 1983, cuando, coincidiendo con el traspaso de competencias en materia penitenciaria a la Generalitat, se habilitó el antiguo reformatorio de Wad-Ras como nueva prisión provincial de mujeres, y la Trinitat se convirtió en el destino de los encarcelados jóvenes procedentes de la Modelo. Desde 1984 hasta el 2009, cuando se derribó parcialmente, siguió acogiendo a nuevos reclusos.

En el 2018, el Ayuntamiento de Barcelona ha señalizado este lugar para la memoria de la ciudadanía.