Memoria Democrática

Enmarcado por la riera de Horta y la acequia de Isidret, el espacio que ahora ocupa el barrio de la Palmera acogía fábricas textiles, químicas y vertederos industriales de residuos orgánicos. También las casas que una cooperativa llamada Mutua de Previsión y Hogar construyó hacia los años treinta. De esta manera, los históricos campos de cultivo fueron substituidos poco a poco por fábricas como Española de Blanco de Zinc, Tintes y Aprestos de Viuda de Domingo Mas o el gran almacén de recogida y venta de materiales orgánicos que provenían de los pozos negros, que servían para abonar los campos, construido en el año 1881. Posteriormente, aquella fábrica textil, de donde proviene la chimenea, fue remplazada por Bidones Ballester, que continuó activa hasta la remodelación de la plaza.

La tercera fase del Polígono San Martín había previsto 4 bloques de pisos donde ahora se ubica la plaza. Eran 400 pisos que los vecinos rechazaron. Los enfrentamientos entre los vecinos y los representantes de la propiedad fueron de tal magnitud que en 1977 el Ayuntamiento se vio obligado a pactar la compra de este espacio a las constructoras. Esto permitió inaugurar la plaza en 1984.

Lo que vemos hoy nos permite recordar su pasado industrial, olvidar su origen agrícola y nos hace mirar hacia el futuro. La escultura del artista norteamericano Richard Serra, emblemática y controvertida, símbolo de bienvenida junto con la palmera, caracterizan la plaza y sintetizan el espíritu acogedor de este barrio de la Verneda.

La obra está configurada per dos muros curvados que acentúan la dinámica de desequilibrio. Además, crean dos atmósferas diferenciadas: por un lado, un ámbito con una glorieta, bancos y árboles que ofrecen sombra y oscuridad, y por el otro, una explanada arenosa y cálida, con la palmera como elemento central. La escultura enfatiza la indeterminación del paisaje hasta el punto en que, como dice Serra, “la dialéctica entre recorrer y mirar el paisaje es lo que fundamenta la experiencia de la escultura”.