‘Barcelona Freak show’, un viaje al lado oscuro de la condición humana

02/05/2022 - 14:49

Libros. Barcelona Freak show: Història de les barraques de fira i els espectacles ambulants, del segle XVIII al 1939, de Enric H. March, una crónica de la Barcelona del espectáculo popular más oscuro.

El Ayuntamiento de Barcelona y Viena Editors publican Barcelona Freak show: Història de les barraques de fira i els espectacles ambulants, del segle XVIII al 1939, de Enric H. March, una crónica de la Barcelona del espectáculo popular más oscuro.

Este es un viaje a la parte oculta de la condición humana, allí donde las maravillas y los monstruos comparten espacio. Un recorrido por un mundo perdido, donde la deformidad y la alteridad atraían la atención de un público ansioso por experimentar sensaciones fuertes, y donde la exploración y el descubrimiento del planeta acercaron el “monstruo” a la puerta de casa.

De estos tipos de espectáculo es de donde surge el denominado “fenómeno de feria” o “Freak Show”, que recibe este nombre a raíz de la película Freaks, estrenada en 1932, en la que aparecían personajes presentados como monstruos o fenómenos, que sufrían obesidad, raquitismo, hirsutismo, enanismo, gigantismo, policefalia, microcefalia, albinismo, intersexualidad, androginia, amputaciones, malformaciones óseas o que tenían órganos supernumerarios o los cuerpos unidos, como los hermanos siameses.

Lo que se podía ver en una barraca de feria, a medio camino entre el circo y el gabinete de curiosidades, formaba la trastienda vergonzosa de los espectáculos acomodados que se ofrecían en el teatro o en la ópera, al mismo tiempo que eran el espejo convexo en el que se miraba toda la comunidad, explica el escritor y actor Xavier Theros en el prólogo del libro.

Expectación mediática y debate moral 

En esta historia de los espectáculos ambulantes en la capital catalana, Enric H. March ha investigado un campo difícil de definir, de una gran riqueza reflexiva y estética, donde se mezclan las habilidades circenses, los zoológicos animales y humanos, las linternas mágicas, las fantasmagorías, los dioramas o las exhibiciones de monstruos. Una mezcla de géneros menores que forman el relato de un ocio urbano alternativo al oficial y que en el siglo XIX disfrutaron de una gran expectación mediática y prefiguraron muchos debates morales que llegan hasta nuestros días. La visión de un ser humano tratado como una bestia dentro de una jaula, exponiendo sus deformidades o exhibido por el solo hecho de pertenecer a un pueblo exótico, provocó innovadoras polémicas sobre los límites de lo que se podía mostrar en público, sobre las fronteras del buen gusto.

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