Una recopilación de fotografías de la ciudad realizadas por mujeres fotógrafas desde los años treinta hasta la década de los noventa del siglo XX se puede ver en la plaza de Carmen Balcells hasta el 16 de julio. La exposición está vinculada al libro 'Barcelona. Fotògrafes/Fotógrafas', coeditado por La Fàbrica y el Ayuntamiento de Barcelona.
La exposición “Barcelona fotógrafas” recoge cerca de setenta imágenes que reivindican el papel que la mujer ha tenido en la historia de la fotografía en la ciudad. La muestra se instala del 2 de junio al 16 de julio en la plaza de Carmen Balcells, un espacio privilegiado rodeado de equipamientos culturales tan relevantes en el barrio como el Auditori de Sant Martí, el Centro Cívico Sant Martí o la Biblioteca Gabriel García Márquez.
“Barcelona fotógrafas” indaga los vínculos entre la historia de la ciudad y las imágenes que las fotógrafas han construido. La exposición está vinculada al libro Barcelona. Fotógrafas, con edición y texto de Isabel Segura. Es el primer libro que reconstruye la historia de la ciudad a través de la mirada de las mujeres fotógrafas. Durante los días de la muestra, la publicación estará disponible para consulta en la Biblioteca Gabriel García Márquez, en un espacio destacado del vestíbulo.
La exposición arregla las fotografías cronológicamente, desde la década de los años treinta hasta los primeros años noventa del siglo XX, en el momento en el que se derriban algunos barrios para dar paso a otra ciudad, a otra manera de hacer, de entender y de vivir Barcelona.
Los años treinta
En los años treinta llegan a Barcelona fotógrafas procedentes de otros países europeos que huyen del auge del nazismo. La ciudad las atrae por los cambios políticos que se suceden desde la proclamación de la Segunda República.
Son Margaret Michaelis, Dora Maar, Gerda Taro y Kati Horna. A partir de 1936, las fotógrafas captan una ciudad en guerra. También destaca Anna Maria Martínez Sagi, que actúa como corresponsal de guerra en el frente de Aragón. Gerda Taro murió en el frente, y las otras fotógrafas abandonaron la ciudad, camino de exilios diversos.
De los años cuarenta a los setenta
En los primeros años del franquismo, la vida de las fotógrafas circula por las azoteas, convertidas en observatorios, centros vecinales y vitales, y también por las cocinas transformadas, durante unas horas, en laboratorios fotográficos.
Pese a ser excluidas del mundo profesional, las fotógrafas investigan y crean sus propios espacios de debate y relación, como el grupo femenino de la Agrupación Fotográfica de Cataluña. Carme Garcia, Montserrat Vidal-Barraquer Flaquer, Milagros Caturla, Rosa Szücs y Roser Martínez Rochina son algunas de las integrantes. Además de la creación de imágenes urbanas, se autorrepresentan de manera diversa, pero siempre como fotógrafas.
Por su parte, Joana Biarnés se convierte en una de las primeras profesionales que trabaja para un diario de manera continua y abre camino a la generación posterior.
De los años setenta a los noventa
Las fotógrafas de la década de los setenta consiguen hacerse un lugar en los medios de comunicación y participan en la creación de nuevos lenguajes, de nuevos medios, como la revista Vindicación Feminista. Captan y narran las tensiones urbanas y sociales, del Raval a la Perona, y abren el medio fotográfico a nuevos sujetos que hasta aquel momento habían tenido poca o nula representación.
Colita, Pilar Aymerich, Guillermina Puig, Anna Turbau, Anna Boyé, Marta Povo, Marta Sentís, Pilar Villarrazo, Consuelo Bautista y Silvia T. Colmenero construyen la imagen de la cotidianidad de Barcelona, de una ciudad que se vive intensamente.