El CEMB propone dotar a los centros educativos de una estrategia que defina su rol ante la emergencia climática

Ante los impactos de la emergencia climática, que se manifiestan cada vez con más intensidad y frecuencia en nuestra vida diaria, el Consejo Educativo Municipal de Barcelona (CEMB) impulsó en el curso 2022-23 como uno de sus espacios participativos, la Comisión de Educación activa para la emergencia climática.

El trabajo de esta comisión se materializa en un informe con propuestas de mejora formuladas para la comunidad educativa. El informe, que ya ha sido aprobado por el Plenario del CEMB y se ha entregado a las administraciones educativas de la ciudad, constata que la educación tiene un rol muy importante como herramienta de sensibilización y de fomento de la conciencia crítica con el fin de inspirar acciones y promover la responsabilidad individual y colectiva.

Más allá de este papel, sin embargo, los centros educativos se ven con la necesidad de abordar de manera urgente las elevadas temperaturas que se prolongan fuera de los periodos estrictamente estivales. Enfrentando esta preocupante realidad, la comisión profundizó a lo largo de todo el curso en las diversas actuaciones que se han adoptado en los centros educativos de la ciudad para adaptarlos a las altas temperaturas.

Como propuesta principal del grupo de trabajo, emerge el hecho de impulsar la elaboración de una estrategia para los centros educativos que defina el rol ante la emergencia climática cogiendo como modelo el documento de “Bressols pel clima”.

Entre otras cuestiones, en el informe final se pide mejorar la información del Programa de confort ambiental que se da en los centros, así como trasladarlo también a los centros concertados para facilitar que implementen medidas alineadas con la estrategia común de ciudad.

El documento también hace referencia a seguir avanzando en la naturalización de equipamientos educativos con programas como “Transformemos los patios” o “Refugios Climáticos”; evitar cerrar fuentes de agua durante los periodos de sequía para los beneficios educativos y de adecuación climática que eso supone; o fomentar acciones formativas dentro de la comunidad educativa para que puedan sensibilizar sobre la emergencia climática y promover los cambios culturales necesarios para afrontarla.

Como se consideró que la complejidad y alcance del fenómeno y la diversidad de perspectivas que hay que desarrollar no pudieron ser trabajadas con la suficiente profundidad, la Comisión de Educación activa para la emergencia climática tiene continuidad en este curso 2023-24. En las sesiones que se están realizando, se está avanzando en la elaboración de una estrategia climática para los centros educativos de la ciudad profundizando en propuestas de actuación en los diferentes ejes temáticos que hay que tener en cuenta.

Consulta el informe de la Comisión de Educación activa para la emergencia climática del curso 2022-23

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