Blackout
Tres
01.04.2017 – 18.06.2017
Comisario: Valentín Roma
Inauguración: viernes 31 de marzo, 19 h
Visitas guiadas gratuitas: martes a las 18 h (a partir del 11 de abril)
Heredero de la gran tradición heterodoxa que arrancó a principios del siglo xx con el dadaísmo, Hugo Ball, Emmy Hennings y Sophie Taeuber, entre otros, y que se expandió hasta bien entrada la década de 1980 gracias a Joseph Beuys, John Cage y James Lee Byars, Tres (Barcelona, 1956 – Premià de Dalt, 2016) constituye un raro ejemplo en el contexto español de producción artística que bebe de fuentes tan variadas como el accionismo, el arte sonoro, la fotografía, el vídeo y la pintura, siempre tomando el silencio como eje y fundamento para la mayor parte de su obra. Esta muestra supone la primera revisión antológica de su trayectoria.
La trayectoria de Tres (Barcelona, 1956 – Premià de Dalt, 2016) desborda cualquier intento de tipificación. Al mismo tiempo, rechaza el adjetivo de heterodoxa. Desde el arte sonoro hasta la performance, desde el ready-made hasta la fotografía o el collage, sus proyectos participan de los experimentalismos que salpicaron el campo estético español entre los años ochenta y la actualidad. No obstante, su obra parece desarrollarse en la retaguardia de las corrientes hegemónicas, igualmente de espaldas a las impugnaciones subalternas. Con un pie en la agit-prop y otro en la tautología, es decir, enarbolando la bandera rupturista aunque empeñado en reinterpretar, mediante cada propuesta, cuál es el fundamento del arte como práctica política y sociocultural, los trabajos de Tres pueden ser vistos hoy como ejercicios para una episteme de la discrepancia, mientras que el silencio sería una estrategia de vaciamiento absoluto, no solo retórico o productivo, sino también físico y espacial.
Los proyectos de Tres problematizan aquellos usos históricos y públicos que han modelado el valor de las palabras, pero sobre todo abren nuevos territorios de enunciación para el conocimiento, líneas gramaticales donde se nos convoca a reimaginar la subjetividad colectiva. En este sentido, Tres se inscribe dentro de una genealogía artística intempestiva y sofisticada a partes iguales, que engloba a James Lee Byars y a Susan Sontag, a John Cage y a Joseph Beuys o William S. Burroughs. Por otro lado, sus «ancestros» literarios —Mallarmé, Artaud, Beckett o Salinger— hablan de un autor que prolonga esa línea subterránea que, partiendo del dadaísmo y siguiendo la senda conceptual, percutió vocabularios, nomenclaturas y conciencias plásticas. Férreamente unida a una radicalidad sin tiempo, la obra de Tres apenas esconde otra clase de compromiso: un pacto con la belleza que trae consigo batir de alas y rugir de sables, cierta reinvención de las potencialidades de la poesía que deviene primero silencio y más tarde disparo.