¿Por qué es necesario un recurso pedagógico específico para trabajar las masculinidades?
Dar respuesta a esta pregunta es uno de los objetivos principales de este recurso pedagógico. A continuación se detallan algunas respuestas:
- Frecuentemente se cae en el error de pensar que el género se refiere únicamente a las mujeres. El género también afecta a los hombres, puesto que inevitablemente los hombres también construyen su identidad sobre la base de los parámetros del patriarcado. Incorporar la perspectiva de género en el estudio de los hombres y de la masculinidad permite conocer y visibilizar los aspectos de la identidad que sostiene el machismo y gran parte de las injusticias y desigualdades que produce (ocupando puestos de poder y controlando la mayoría de recursos).
- A pesar de que la igualdad está reconocida a nivel formal por ley, todavía persisten desigualdades reales entre hombres y mujeres. Para lograr la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres, debemos incorporar a los hombres. Incluirlos en las políticas de género fomenta su responsabilidad y su implicación en el cambio. Excluirlos puede producir hostilidad y resistencias y, posiblemente, una exacerbación de las desigualdades.
- El patriarcado discrimina y oprime a las mujeres, pero también tiene consecuencias negativas para los hombres. La identidad masculina tradicional se encuentra en la base de muchos conflictos sociales, pero el enemigo común no son los hombres sino el machismo
- La igualdad no sólo beneficia a las mujeres y a la sociedad en general, sino que el cambio también tiene beneficios para los hombres. Por eso es necesario promover modelos de masculinidad positivos, saludables y libres de violencia.
- Existe una demanda social para incorporar a los hombres en la equidad de género, no sólo desde los marcos normativos internacionales (ONU, 2004; Consejo de la UE, 2006), sino desde los propios hombres. Cada vez más hombres entienden que la equidad entre hombres y mujeres y una revisión de los roles de género y de la masculinidad hegemónica no sólo aportaría beneficios a las mujeres y a la sociedad en general, sino también a ellos mismos.
En definitiva, poner en duda la identidad masculina tradicional es una responsabilidad individual y colectiva, que aporta muchas claves en el campo de los retos para una sociedad que ofrezca una igualdad de oportunidades real y efectiva entre mujeres y hombres.