Contra el “inmigracionalismo”: el sensacionalismo antiinmigración en los medios de comunicación

Escrito por Iris Aviñoa Ordóñez

La Red Acoge lucha por sensibilizar a la población y a los periodistas ante los estereotipos, discriminación y odio que provocan los contenidos sensacionalistas sobre inmigración

 

Las palabras inmigración y sensacionalismo por separado tienen un significado claro para todo el mundo, pero desde 2014, la Red Acoge decidió juntarlas en una única palabra: “inmigracionalismo”. Este neologismo se refiere tanto al sensacionalismo existente en las noticias sobre inmigración, como a la manipulación informativa que se ejerce sobre la inmigración, tendente a producir miedo, odio o confusión.  

La idea del proyecto surge en 2013, cuando Red Acoge empezó a constatar que la imagen que se creaba a través de los medios de comunicación sobre la inmigración no coincidía con la realidad que la organización conocía de primera mano, a través del trabajo diario con las personas migrantes. En consecuencia, en 2014 se decidió lanzar esta campaña, con el objetivo de evidenciar las malas prácticas periodísticas en las noticias sobre inmigración que se dan en los medios de comunicación, independientemente de si estas son intencionadas o inconscientes.

Evolución de la cobertura en los medios

Desde el 2014, la Red Acoge ha evidenciado algunos cambios positivos en la cobertura relacionada con la inmigración, que ha plasmado en su informe #Inmigracionalismo 2017; por ejemplo, en cuanto al uso del lenguaje, se ha logrado reducir mucho la utilización de expresiones como “inmigrante ilegal”, que según asegura la organización, ya son muy difíciles de encontrar en los medios de comunicación generalistas.

En cambio, otras características de la cobertura vinculada a esta temática, como es el uso preponderante de fuentes gubernamentales y de las fuerzas de seguridad, en detrimento de fuentes vinculadas a las personas migrantes o a las organizaciones que trabajan directamente con ellas, siguen siendo la norma.

A raíz de la crisis de refugiados, se evidenció también una evolución del tipo de tratamiento que se daba a las noticias sobre este tema; según explican desde Red Acoge, inicialmente los medios de comunicación manifestaron una empatía y preocupación por la situación de vulnerabilidad y de derechos humanos hacia el colectivo de personas solicitantes de asilo o refugiadas, que contrastaba fuertemente con el enfoque negativo que se daba a las noticias sobre las personas migrantes en general. Sin embargo, con el paso de los años, esta empatía con las personas refugiadas no sólo ha desaparecido de manera mayoritaria, sino que, además, a menudo los medios de comunicación confunden los conceptos de personas migrantes y refugiadas.

Empatía en ciudadanía y periodistas

Uno de los retos principales de la campaña es lograr generar empatía hacia las personas migrantes, tanto de la ciudadanía como del colectivo de periodistas y medios, actores clave en la imagen que se transmite de la inmigración. Una de las estrategias de sensibilización es la difusión de diversos vídeos en los que se muestran ejemplos de inmigracionalismo en los medios, como el hecho de mencionar la nacionalidad o el color de piel en noticias donde no aporta ningún valor informativo, o el uso indebido de las imágenes, y también las consecuencias del uso del sensacionalismo al informar sobre inmigración.

Además de sensibilizar, también se ofrecen una serie de herramientas y se apela a la ciudadanía, en general, y los periodistas, en particular, a actuar y a denunciar a través de las redes sociales los contenidos inmigracionalistas que encuentren en los medios de comunicación, y a presionar a sus autores para modificarlos.

Otro factor clave es el trabajo directo con periodistas y otras personas del mundo de la comunicación, para tratar de implicarlas en la generación de estrategias de lucha contra el inmigracionalismo; con este objetivo Red Acoge ha llegado a un acuerdo con cuatro universidades estatales para trabajar, de cara al año que viene, con el colectivo de estudiantes de periodismo, mediante la realización de charlas formativas y de grupos focales, en los que participan tanto estudiantes como docentes, y que servirán de insumos para la publicación de un Manual de Buenas Prácticas destinado a periodistas a finales de 2018. Otro reto de cara al futuro es lograr la inclusión en el currículo universitario del periodismo con enfoque de derechos humanos.