La Casa de la Barceloneta 1761 es un equipamiento municipal dedicado a recuperar la memoria histórica y colectiva del barrio: el movimiento obrero, el antifascismo, las luchas por la igualdad de géneros, las movilizaciones para conseguir la democracia y los movimientos vecinales, además de poner en valor el patrimonio de la Barceloneta, desde su cultura popular hasta las expresiones arquitectónicas y artísticas.
El edificio, a diferencia de casi todas las casas de la Barceloneta, ha mantenido su volumetría original durante el siglo XIX y XX a pesar de las transformaciones interiores. Es el último ejemplo de edificio originario con fachada a tres calles. Su recuperación permite mostrar y dar a conocer el patrimonio arquitectónico original del siglo XVIII en la Barceloneta.
La calle de Sant Carles forma parte del núcleo de calles iniciales donde se empezó a construir el barrio de la Barceloneta a partir de 1753. En esta calle en 1761 terminó la construcción del edificio que actualmente es la Casa de la Barceloneta y el espartero Joan Coll se instaló. Es posible que además de vivir también destinara parte del espacio a su actividad, ya que como espartero seguramente se dedicaba a hacer cuerdas para las embarcaciones.
El año 1783, el edificio pasó de los herederos de Joan Coll a la familia Sust, saga de carpinteros y gente de mar descendientes de un calafate genovés establecido en el Masnou a finales del siglo XVII. La casa continuó pues ligada a personajes con actividades marineras. Con el paso del tiempo, la casa se segregó y la planta baja se convirtió en una tienda de comestibles y posteriormente en un establecimiento de restauración.