Como escuela, nuestro principal objetivo es el bienestar de los pequeños. Para que esto sea posible, respetamos cada ritmo individual. Los niños y niñasas están estrechamente ligados a su familia, con la que tratamos de establecer un clima de confianza, en el que todos puedan sentirse cómodos para expresarse sin sentirse juzgados, sino acompañados en el camino de educar.
Cada infante es único, con una forma de hacer y ser, con ritmos e intereses específicos. Cuando se percibe mirado, querido, respetado, acompañado... se siente en un clima de seguridad y afecto que le permite avanzar en todos los ámbitos. Y en este sentido las rutinas de cuidado, como la alimentación entre otros, ganan relevancia.
En poco tiempo aprenden a mamar, sorber, tragar y masticar, descubriendo nuevos olores, texturas y sabores. Desde la escuela facilitamos la continuación de la lactancia materna y respetamos el proceso y el ritmo de introducción de nuevos alimentos por parte de las familias. Confiando a la vez en la capacidad de autorregulación de los niños/as, respetando el tiempo y las cantidades que cada uno necesita o desea, favoreciendo así una relación positiva con los alimentos.
El sueño es también un momento que cuidamos al máximo para que sea vivido con placer. Está íntimamente ligado al bienestar, por esta razón, respetamos las dormidas y los tempos individuales.
En definitiva, cada criatura se encuentra en un momento diferente evolutivamente y lo acompañamos con cariño, sin prisas ni presiones, reconociendo y apreciando su esencia, en estrecha coordinación con su familia.
