«Existen alternativas al modelo tecnológico dominante que pueden reforzar la democracia» Xabier Barandiaran

Conversamos con Xabier E. Barandiaran, experto en la intersección de la filosofía, la tecnología y la democracia. Cofundador del proyecto Decidim y coordinador de la Dirección de Innovación Democrática del Ayuntamiento de Barcelona entre 2016 y 2018, Xabier nos invita a reflexionar sobre cómo las herramientas tecnológicas pueden empoderar a la ciudadanía y revitalizar nuestras democracias.

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09/10/2024 - 16:16 h - Participación Canòdrom Barcelona

En esta conversación, Xabier reflexiona sobre la evolución de Decidim y cómo ha transformado la manera en que las personas interactúan con el poder y la toma de decisiones. Se ha convertido en un espacio donde la inteligencia colectiva puede cambiar nuestra relación con la tecnología y entre las personas, ofreciendo una perspectiva esperanzadora sobre el futuro de la participación ciudadana para imaginar un mundo en el que podamos involucrarnos activamente en los procesos democráticos.

¿Cómo empezó el proyecto de Decidim y qué factores o movimientos influyeron en su creación?

Para entender la evolución de Decidim es esencial remontarnos a sus orígenes y a su vida digital. Lo interesante es que Decidim es el resultado de muchas ideas que convergen. No se puede explicar sin el contexto político y tecnológico en el que surgió, con movimientos sociales y tecnológicos entrelazándose. No hay una figura única ni un momento específico, como en los mitos de Silicon Valley, donde un solo individuo, como Bill Gates, se presenta como el gran creador. En este caso, el origen es más bien colectivo.

En cuanto a las influencias, también son diversas. El movimiento hacktivista y hacker, que surgió en laboratorios y centros sociales ocupados, jugó un papel crucial. También está el movimiento del software libre, que se conecta con este origen, pero con vertientes más profesionalizadas. No podemos olvidar la importancia del 15M, que tuvo una traducción tanto tecnopolítica como institucional, especialmente en Barcelona.

¿Cómo se conectó todo esto con Barcelona y qué papel jugaron la tecnología y las grandes empresas?

Barcelona ofrecía un contexto ideal para el nacimiento de Decidim, ya que es una ciudad reconocida por su innovación tecnológica y un centro de atracción para programadores y proyectos de innovación digital a escala mundial. En este entorno, intentamos crear una red más amplia con el movimiento municipalista que gobernaba varias ciudades en aquel momento. Sin embargo, no logramos establecer un proyecto común con Madrid, a pesar de que su software era de código libre. Finalmente, adaptamos el código a las necesidades de Barcelona, y así nació Decidim.

Las grandes empresas tecnológicas acumulan un capital inmenso y ejercen un control significativo sobre el entorno digital. Decidim se concibió como una respuesta a estas formas de dominación digital. Desde los movimientos sociales, y en colaboración con el sector público, reconocimos la necesidad de construir una infraestructura democrática que abordara esta situación. Inicialmente, utilizamos el código de Decide Madrid, que luego derivó en la Comunidad CONSUL, pero pronto nos dimos cuenta de que necesitábamos una plataforma más colaborativa y abierta a otras organizaciones. Así que reprogramamos todo el sistema, dando lugar a Decidim.org, y más adelante desarrollamos Meta Decidim, con el objetivo de que la comunidad misma gobernara el software, utilizando Decidim para gestionarse a sí misma. Esta autorreflexividad fue un gran acierto.

Mencionabas que Decidim ha crecido más allá de ser solo un software. ¿Cuál ha sido la clave para el éxito y la expansión de Decidim y qué otros aspectos destacarías?

Sin duda, el crecimiento de la comunidad ha sido el motor principal. Decidim no es solo un software; es una comunidad que lo sustenta, lo mejora y lo extiende a otras instituciones. Esto es lo que ha permitido que Decidim se utilice en lugares tan diversos como Brasil, Nueva York, Japón, Francia, e incluso en la Asamblea Nacional Francesa. La comunidad ha sido esencial para ofrecer apoyo, mantener los principios del proyecto y garantizar su evolución constante.

Decidim ha pasado de ser un portal de participación a convertirse en un espacio comunitario mucho más amplio. Hoy en día, tenemos el Decidim Fest, que comenzó como jornadas Meta Decidim. Este crecimiento comunitario es central para el éxito del software y de su calidad, y es lo que ha permitido que se utilice en una gran diversidad de contextos e instituciones. Ahora el software se traduce a múltiples idiomas y hay empresas, asociaciones y entidades internacionales que contribuyen activamente a su desarrollo.

En todos estos años, ¿qué ha logrado transformar Decidim en términos de calidad democrática?

La pregunta es compleja porque Decidim, como proyecto tecnopolítico, abarca múltiples dimensiones que impactan directamente la calidad democrática. Hemos creado una infraestructura que posibilita procesos de participación más sofisticados y distribuidos. Por ejemplo, el Plan de Actuación Municipal de Barcelona ha canalizado aproximadamente 20.000 propuestas dentro de 5.000 proyectos, movilizando a cientos de miles de personas en su implementación. Este seguimiento meticuloso de las iniciativas proporciona un nivel de trazabilidad y cumplimiento sin precedentes, que facilita una participación más activa y transparente.

Además, proyectos como la cooperativa Som Energia demuestran cómo Decidim puede gestionar la toma de decisiones en contextos complejos, involucrando a más de 50.000 personas en un proceso participativo efectivo. Así, ofrece una alternativa a modelos privativos que centralizan la toma de decisiones, lo que permite que la democracia salga fortalecida. Uno de los momentos más emocionantes ha sido la adopción de Decidim por el gobierno de Brasil para gestionar una instancia con más de 3 millones de personas usuarias: Brasil Participativo. Esta escalabilidad es un logro sin precedentes para nosotros. Ahora, el reto consiste en integrar mejor a esta gran comunidad con la red global de Meta Decidim. Aunque este proceso requiere tiempo y esfuerzo, el futuro es prometedor.

¿Cuál es el impacto de Decidim en la sociedad y cómo se relaciona con la perspectiva tecnológica, considerando la inteligencia colectiva y los riesgos asociados?

El impacto de Decidim es notable en la transformación de la democracia, integrando tecnología y participación social. Sin embargo, nuestras sociedades están cada vez más gobernadas por tecnología, lo que hace crucial hibridar la tecnopolítica con la democracia. La verdadera potencia de Decidim radica en democratizar tanto la sociedad como la tecnología. Esto es vital, ya que sin esta dualidad, es difícil avanzar en la calidad democrática.

Además, enfrentamos la crisis de la democracia representativa, donde el poder social se articula digitalmente, pero estas infraestructuras a menudo son centralizadas y privatizadas. Decidim ha logrado resistir la privatización del espacio democrático, lo que permite que la tecnología se utilice de manera accesible y colaborativa. En un contexto en el que la inteligencia artificial se presenta como un producto que privatiza el saber humano, Decidim se erige en alternativa que fomenta la inteligencia colectiva. Así, su éxito no solo reside en lo que ha logrado, sino también en lo que ha impedido, ofreciendo un modelo para la democracia en la era digital.