No son invisibles, se pueden ver muy bien. Detrás la espléndida ciudad de Barcelona, las encontramos en los hoteles y en los restaurantes, limpiando, cocinando y atendiendo a la gente. En los parques, cuidando niños y paseando ancianos; oficinas, hospitales, escuelas; barriendo calles, repartiendo correos, conduciendo transportes; los bancos, tiendas, supermercados, o en fábricas industriales escondidas entre montañas.