La performatividad de las imágenes
Desde Platón a Sartre el problema de la imagen para la filosofía no se sustrae de una ontología del ser y la esencia. De distintos modos, tanto la representación como lo imaginario se alimentan de una ‘falta de ser’ de las imágenes» (Vauday, 2008). Del peso de esta signatura es del que quisiéramos distanciarnos, de ahí que nos interese analizar las imágenes desde una perspectiva que no sea ni la de comprenderlas como imitaciones, reflejos de realidades existentes, proyecciones sentimentales o expresiones. No se trata entonces de un análisis que se pregunte tanto por qué son las imágenes, sino principalmente por sus modos de construcción, las auto-problematizaciones que crea ese campo de fuerzas. En este sentido, decimos la performatividad de las imágenes porque pensamos que sus sentidos se configuran en sus modos de hacer, que ellas se construyen al mismo tiempo que construyen la escena para su aparición. Fundamentalmente porque las imágenes solo existen en su interacción y es por ello que no pueden ser definidas de modo abstracto. En oposición a la dimensión figurativa que privilegia la forma, esta comprensión intersticial de las imágenes busca detenerse en prácticas pictoriales, fotográficas o cinematográficas, en la fábrica de las imágenes, en su poiesis. La imagen como grieta que se traza en la anarquía de lo que se nos presenta.
Esta investigación se ha desplegado en una primera fase durante 2017, junto a los proyectos Imperio del Medio de Oriol Fontdevila y Archivar de Jorge Blasco.
Andrea Soto Calderón
Participantes: Marie-José Mondzain, Nadia Yala Kisukidi, Jacques Rancière, Joan Fontcuberta y Laboratorio Contravisiones (Iván Pintor, Marta Dahó, Pilar Monsell, Felipe Oyarzun y Andrea Soto Calderón)