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Fonògraf MDMB 1186 (Fotografia: Jordi Puig)
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La lluvia en Sevilla es una pura maravilla

Londres, 1912. A la salida del estreno de la ópera Fausto en el Covent Garden, el eminente profesor de fonética Henry Higgins (interpretado por Rex Harrison) y el coronel Hugh Pickering (interpretado por Wilfrid Hyde-White) discuten si el habla determina el estatus social de la persona, y el profesor defiende que con sus métodos de trabajo: en seis meses puede hacer pasar a una pobre e inculta florista de los suburbios de la ciudad por una dama de la alta sociedad.

Este es el argumento del clásico del cine My Fair Lady, dirigida por George Cukor en 1964. ¿Pero cuáles son estos métodos que hacen estar tan seguro al profesor?

El método consiste en grabar la voz de la florista, Eliza Doolittle (interpretada por Audrey Hepburn), escucharla y repetir constantemente de manera correcta las frases grabadas. Para poder grabar la voz, el profesor tiene un conjunto de aparatos: dictáfonos, fonógrafos, gramófonos...

Fotograma de la pel·lícula "My fair lady"

 

¿Y qué son estos aparatos que se muestran en la película de George Cukor? Según la Gran Enciclopèdia Catalana, un fonógrafo es un aparato que reproduce por medios mecánicos los sonidos grabados en un cilindro, y un dictáfono es un aparato para grabar y reproducir dictados y conversaciones.

El fonógrafo fue desarrollado por Thomas Alva Edison en 1877 y la primera patente fue emitida el 19 de febrero de 1878. Los primeros aparatos grababan el sonido en cilindros de cera de parafina y cera alba, tenían una duración de unos dos minutos y con pocas reproducciones el cilindro se estropeaba y se debía sustituir por uno nuevo. Cuando a principios de siglo se sustituyó la cera por un plástico más duro, que permitía grabar hasta 4 minutos y, por lo tanto, se podían usar los cilindros más veces, esto hizo bajar el precio de los cilindros y se popularizó algo más el invento, pero el precio de 35 centavos de dólar todavía era un poco caro para la población, que tenía un sueldo medio de 9 dólares al mes por 52 horas semanales.

El fonógrafo, junto con el gramófono, fueron las herramientas más comunes para reproducir el sonido desde finales del siglo XIX hasta la década de 1950, cuando fueron sustituidos por la cinta magnética.

En el año 1978 el Museu de la Música de Barcelona compra a Francisco Arellano Elías una importante colección de cerca de 180 instrumentos, mayoritariamente fonógrafos, gramófonos y dictáfonos… y también más de 500 cilindros de fonógrafo, 1000 discos de gramófono, carteles, cuadros y todo tipo de complementos para este tipo de piezas. No sabemos demasiadas cosas de este coleccionista, sólo conservamos los documentos de compra de su colección.

También hemos visto que en 1989 hizo una importante donación al Museo del Pueblo Español, que pertenece al Nacional de Antropología, por parte justamente de Francisco Arellano Elías, de toda una colección de aparatos de uso doméstico, desde cocinas económicas, primeros modelos de cocinas de gas, primeras tostadoras eléctricas, cafeteras eléctricas o las primeras estufas eléctricas. Si se trata del mismo donante, estaríamos delante de un coleccionista enamorado de las invenciones tecnológicas de principios del siglo XX y de los grandes cambios en el diseño y la tecnología.

Una de las labores del departamento de colecciones de un museo es la de ir revisando, catalogando, documentando y restaurando las diferentes piezas que forman parte del patrimonio del museo. En este sentido, el pasado mes de noviembre se iniciaron unas sesiones fotográficas con la colección de fonógrafos del museo para mejorar la calidad. En total, en ocho sesiones se hicieron fotografías de más de un centenar de instrumentos de esta tipología. Esto comportó hacer una revisión previa de todos los aparatos que teníamos tanto en la exposición permanente como, sobretodo, en las reservas.

Al hacer la revisión se aprovechó para realizar una serie de intervenciones de limpieza y consolidación de material, y también se aprovechó para mejorar la documentación ampliando informaciones de cada pieza, como puede ser el caso de los Amberola, un modelo de fonógrafo de la marca Edison después de un incendio en sus fábricas, que consistía en un modelo más sencillo, tanto de caja como de mecanismo, para cilindros de 4 minutos, y del que se fabricaron tres modelos diferentes, Amberola 30, 45 y el 50, el número del cual indicaba al minorista el precio inicial en dólares.

Fonògraf MDMB 613, Edison, model Amberola (Foto: Jordi Puig)

Detall del model, Amberola

También hemos podido documentar el fonógrafo con la pila eléctrica Grenet, el primer sistema para aportar energía para hacer girar el cilindro, creado en 1889 y en desuso cuando se impuso el sistema mecánico de dar cuerda a un mecanismo de relojería.

Fonògraf MDMB 1204 amb pila Grenet

Al realizar la revisión de las piezas y de todos sus accesorios logramos asignar algunas campanas o soportes desaparejados durante  alguno de los traslados que han sufrido las piezas desde que ingresaron en el museo en 1978. El mes de diciembre Jordi Puig, el fotógrafo, nos hizo llegar más de 1.400 imágenes que han pasado por el proceso de renombramiento, catalogación, descripción y enlace a la ficha de cada pieza, para ponerlas a disposición del público a través del catálogo de instrumentos. Todas estas imágenes forman parte ya de una colección digital de fotografías, vídeos, grabaciones sonoras y documentos del museo con más de 66.000 registros.

Detall de l'arxiu d'imatges noves de fonògrafs