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Estudiantina, Matt Morgan (1837-1890) (Fons Wikimedia Commons)
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La organología de la tuna y la estudiantina, apunte breve

Iniciamos nuevo curso escolar y, con él, el descubrimiento de nuevas curiosidades, como en el caso de los instrumentos que forman parte de una tuna o estudiantina. Conocemos la tuna como una agrupación musical formada por universitarios. Pero nace mucho antes.

Como tradición, es necesario distinguir la estudiantina de la tuna, esta segunda, conformada básicamente por estudiantes universitarios y que, durante el siglo XX, se extiende por todo el mundo. Según la Wiquipedia, la estudiantina podría tener su origen entre los siglos XIII o XIV en la tradición de los goliardos, que eran personas que habían dejado de ser monjes y escribían poemas a cambio de buena comida y buena bebida. De hecho, “tenían predilección por la música, la bebida, la comida, el juego y los amores”. Otro origen, no excluyente, sería el de los estudiantes pobres que vivían de la sopa boba que se daba gratis en los conventos a los necesitados. Estos sopistas se valdrían de sus habilidades musicales para cubrir al menos en parte sus estudios y medios de subsistencia (ved el articulo en la Wiquipedia). De hecho, al principio todos aquellos estudiantes con pocos recursos económicos formaban parte, para tener una mínima subsistencia y, según el Arcipreste de Hita, les servía también para enamorar a jóvenes doncellas.

La etimología despliega hipótesis para todos los gustos (Morán, García, Cano, 2003): 

  • Para Coromines es un galicismo, en el argot parisino se conocía como tune el Hospital des Geux, que acogía mendigos.
  • Tuna equivaldría a mendicidad, según García de Diego, proveniente del nombre Roi de Thunes o rey de los mendigos franceses.
  • Según García de Diego, también podía provenir del latín tonus-tonare (que suena estrepitosamente), aunque José Luis Pensado lo desestima porque del latín “tonare” se esperarían unos derivados verbales con la vocal breve diptongada en -ue-, tueno o tuene con el sentido de tuno y la tuna.
  • La hipòtesis más antigua la formula Fray Martín Sarmiento, que expone que los atunes no tienen patria ni domicilio constante, son peces errantes, bergantes y vagabundos.

Dicen los autores que la última hipótesis es la más acertada, ya que la primera acepción de la RAE de tuna dice "vida holgazana, alegre y vagabunda". La temporada de pesca era muy atractiva para los vagabundos y perdularios que durante los siglos XVI y XVII poblaban a España. Venían a la Conquista de Túnez, que significaba la pesca del atún. Este estilo de vida se empezaría a denominar, en castellano, tuna y, a quienes la practicaban, tunos, que ejercían la picaresca recorriendo el territorio. Así, tunos y atunes tienen un mismo estilo de vida, unos de forma natural, otros por necesitad.

La palabra atún viene del árabe al-tun, esta del latí thunus y esta, a su vez, del griego thynnos.

Por otra parte, la palabra tuna, posiblemente más moderna, haría referencia a estos conjuntos que ejercían la picaresca, integrados por estudiantes con pocos recursos que formaban la tuna. Así, tanto mendigos como estudiantes iban a conventos, fondas o de puerta a puerta a buscar comida.

Fuera pero de toda la historia y de las formas de vida de las tunas, las podríamos clasificar en dos grupos: las tunas reales, de estudiantes universitarios que se agrupan y hacen música en las universidades y en todas partes donde se les pida, y aquellos que salen por carnaval disfrazados de estudiantes, las llamadas comparsas (Amades, 1952). Y hacemos referencia a Amades porque presenta comparsas con instrumentos poco habituales.

Comparsa d'estudiants, S. XIX

Si nos fijamos en la organología de las tunas tradicionales, a menudo mencionan guitarras, bandurrias y panderetas. También es cierto que, a medida que se extiende por otros países, se incorporan a la tuna los instrumentos propios de cada país. En España, los instrumentos que a menudo forman parte son: laúd, bandurria, guitarra, pandereta, pandero, tambor, vihuela, anafil [aerófono parecido a una trompeta], chirimía, cornamusa, cencerro (Belmonte, 2015).

Morán, García y Cano especifican mucho más indicando los siguientes instrumentos musicales: guitarra, viola de arco, violín, salterio, bandurria, laúd, pito [no indica a qué instrumento concreto se refiere], clarinete, flauta, flautín y bajos de viento, y percusión con triángulos, castañuelas y pandero.

En los grabados del Costumari català, Amades hace referencia a la “comparsa de estudiantes”. Los estudiantes montaban bailes en los huertos, que llenaban de música y alegría. En estos bailes acudían las mujeres solteras que o bien tenían algún defecto físico o bien ya eran demasiado viejas, pero con dinero, para ver si encontraban a algún estudiante que quisiera casarse con ellas para así salir de su pobreza, ya que para ellos era fácil cambiar los estudios por dinero.

Transcribimos uno fragmentos en los que Joan Amades describe las comparsas de estudiantes:

Les comparses són velles dins el costumari carnestoltesc. Antigament les organitzaven gairebé només els estudiants i rebien el qualficatiu d’estudiantines o de tunes, de les quals ha derivat el terme tunant, amb el significat mig d’espavilat, mig de murriet.

La vida dels estudiants d’abans havia estat molt precària. Organitzaven conjunts musicals de cant acompanyat amb instruments de corda i anaven a visitar les cases riques i benestants, on portaven una alenada de joventut i d’alegria. Els donaven un refresc i alguna quantitat en metàl·lic. De fet, aquestes comparses venien a constituir com una capa vergonyant. Per les Carnestoltes els estudiants treien el vendre de pena, alternaven amb la gent de to i recollien uns quants diners per a passar-se-la bé uns quants dies i sortir de la misèria que els era tradicional i endèmica. Quan l’organització de comparses es va estendre a d’altra jovenalla, a part dels estudiants, per tal de distingir les d’aquests de les que no ho eren la gent les qualificava de comparses de barret de creta i manteu lluent, que era el qualificant festiu i gració que hom donava als estudiants en general. Els vells estudiants havien tingut una part molt activa en l’organització de les Carnestoltes antigues. Precisament, com ha hem dit abans, la data més vella que coneixem respecte a les Carnestoltes barcelonines es refereix als estudiants.

Els estudiants d’ara fa un segle encara organitzaven comparses, estudiantines i tunes. Sembla que estaven especialitzats en l’organització de comparses un poeta de secà nomenat Josep Vilà, que redactava les cobles i els versos de les cançons, i un músic conegut pel senyor Basili, que hi posava la música.

A Olot sortia una comparsa qualificada d’Estudiantina que cantava i tocava pels carrers. Arreplegava diners en profit dels malalts de l’hospital.

Comparsa d'estudiants

En cuanto a los instrumentos, encontramos agrupaciones diversas y muy interesantes del siglo XIX en los grabados del Costumari: en uno de ellos, dos flautas traveseras, guitarra y pandero; en otra, guitarra, trompeta recta (podría ser el anafil citado anteriormente), oficleide (o figle, aerófono de viento-metal formado de un tubo largo de latón doblado por la mitad, con llaves) – o trombón-, guitarra y pandero (y que, a juzgar por la posición de las manos y de los instrumentos podrían no saber tocar); en una tercera ilustración, corneta, flauta travesera, oficleide y chirimía (o clarinete); o también viola de arco, guitarra y flauta travesera; y en una cuarta, encontramos un conjunto de violín, flauta travesera, pandero y guitarra.

Comparsa d'estudiants, S. XIX

En estas dos canciones del s. XIX se hace referencia a “La estudiantina” y “La nueva Estudiantina”.

Para cerrar el apunte, llegamos a dos grandes ideas: estos grupos tenían una clara funcionalidad social y, en cuanto a las estudiantinas, parecer ser asociaciones más formales con grupos cerrados de instrumentos y, en cambio, las comparsas, más informales, eran grupos abiertos, que nos pueden recordar las fiestas de los Coros de la Barceloneta, en las que cuenta más la asociación y la fiesta y no tanto el repertorio o la instrumentación.

Oficleide, Guichard i Hermano (Museu de la Música de Barcelona, MDMB 117)