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(Foto: S. Guasteví)
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Los rollos de pianola del Museu de la Música de Barcelona

La colección de rollos de pianola del Museu de la Música tiene muchas características que nos permiten calificarla de importante, ya sea por la forma de adquisición, por el buen estado en general de las grabaciones, la diversidad de marcas y fábricas que se encuentran representadas (¡casi 50!) o la elevada cantidad de rollos de artista que hay. Todos ellos nos permiten conocer cómo era la música que se escuchaba entre los años 1900 y 1930 y, a menudo, incluso podemos detectar preferencias cuando los rollos tienen marcas muy visibles de uso, laterales rotos, la anilla (que permite anclar el rollo al sistema de reproducción) desgarrada y enganchada de mil maneras... o directamente perdida.

El 100% de los rollos han llegado a través de donaciones hechas entre los años 1970 y la actualidad, gracias a personas o familias que queremos mencionar especialmente aquí, por orden cronológico de la donación: Vilassar, Vda. Guardia, Martino Carreras, Montserrat Pons, Llonch, Guadres, Joaquim de Nadal, Itziar Belil, Ramon Torrescasana, Antoni Espalda, Busquets, Carmen Méndez y Manuel Casas, Casademunt Borràs, Torá Barnadas, Francisco Herrero, Joaquim Garrigosa, Jordi Puigmartí, María Asunción Raventós, Maria Rosa Miquel, Noemí Culla, Teresa Alsina, Jaume Barmona y Xavier Bullich.

Donació de rotlles de pianola, Jaume Barmona

En los últimos años y gracias a la catalogación progresiva de los nuevos fondos, hemos podido establecer criterios para gestionar estas donaciones, para evitar duplicados con la colección de la Biblioteca de Cataluña y para aprovechar al máximo el espacio limitado de que disponemos. Una vez llegan los nuevos rollos, el departamento de colecciones se encarga del proceso de anoxia, con el que la falta de oxígeno elimina toda posibilidad de supervivencia de insectos que puedan suponer un peligro para la correcta conservación del fondo.

La colección de rollos del Museo de la Música de Barcelona, en el momento de su re-inauguración en el edificio de L’Auditori en 2007, estaba formada por 1.771 grabaciones, descritas en un inventario informático, con cinco campos básicos: título / autor, tamaño, extensión de notas (65, 72 o 88), topográfico y, en algunos casos, o bien el estado de conservación o bien el nombre del donante (en los inventarios originales de las donaciones en papel, pero sí constaban el nombre del donante y, también, la marca o fábrica y el número de serie para todas las grabaciones, incluso aparece la técnica usada en el rollo).

En una segunda fase hemos querido llevar a cabo dos proyectos diferentes que, en un futuro, convergerán en un solo resultado: poder consultar y escuchar este fondo. Por un lado, hemos finalizado la re-catalogación de todos los ítems y la catalogación de las nuevas adquisiciones que, en estos momentos, ya suman un total de 3.556 rollos (duplicando en los últimos 10 años el número inicial). Fue necesario hacer un análisis del estado de la cuestión para conocer qué pautas de catalogación habría que aplicar en el tratamiento de este material y elegir el modelo que más se ajustara a nuestras necesidades. Los tres modelos fueron la Biblioteca de Cataluña (BC) -con un fondo de 1.700 rollos-, la Biblioteca Nacional de España (BNE) -con un fondo de 5.400 rollos- y la British Library (BL) – con un fondo de 1.400 rollos-. Quedan lejos los 20.000 del Museo de la Pianola de Amsterdam o los 9.000 de la Universidad de Stanford. Finalmente seguimos el modelo de la BC, como buenos conocedores de su fondo y, también, aprovechando que compartimos el mismo sistema de catalogación, hemos podido conocer que, del total, sólo 794 de nuestros rollos son duplicados con los suyos.

A través de la catalogación, y en paralelo a la investigación y presentación de la tesis doctoral del profesor Jordi Roquer -en estos momentos el mejor conocedor de este tipo de grabaciones- hemos podido detectar mejoras aplicables a nuestros catálogos, hemos aprendido a reconocer autores y algunos de sus seudónimos (es un ejemplo Clifton Worsley, nombre artístico de Pedro Astort, introductor del jazz en Cataluña), hemos entendido la importancia de reflejar las técnicas de los rollos ( "accentuated", "themodist", "metrostyle", etc.), hemos encontrado varias versiones de un mismo rollo (a menudo una fábrica tenía submarcas o subcolecciones y duplicaba sus catálogos con versiones menos "trabajadas"), y hemos revisado los títulos uniformes y convertido todos los registros nuevos con las nuevas pautas de catalogación RDA.

Hasta ahora se consideraba que gran parte de los rollos de pianola, en cuanto a materia, eran "Pianola, Música para", pero vimos que casi todas las obras eran, en realidad, piezas arregladas, reducidas o adaptadas piano (si bien algunas incluyen "trampas" que un pianista real no podría tocar técnicamente), y sólo un pequeño número eran compuestas específicamente para pianola, lo que nos obliga a actualizar los criterios en cuanto a la denominación de la materia, quedando casi todos en un "Piano, música para" (e indicando si son arreglados o adaptados, cuando se da el caso), y sólo un pequeño número entra dentro música hecha expresamente para pianola.

Rotlles de pianola durant el procés de catalogació

El segundo proyecto se enfocó a la digitalización. Fue iniciado por Jordi Roquer, quien junto con el Centre de Computació de la UAB (CVC) y la colaboración del Museo, desarrolló el Pianola Digitizer, un sistema de visión por computador que permitía una solución doble: digitalizar el soporte físico de los rollos y, también, extraer el sonido en formato MIDI (y posteriormente convertirlo). En estos momentos tenemos 1.500 rollos de pianola digitalizados que pronto podrán sentirse a través de nuestro catálogo, mientras se revisa la máquina, después de haber pasado por la BNE, para ir luego a la BC y, más tarde, al Museo para terminar la mitad no digitalizada.

Estos días entramos en una tercera fase: casar los registros bibliográficos con el sonido digitalizado, que debe pasar primero por un proceso de edición, consistente en samplerizar los archivos MIDI resultantes con un sonido de piano de la misma época de los rollos y obtener un archivo mp3 que permita a todo el mundo escuchar este fascinante fondo sonoro de una manera sencilla.