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Conjunt de cordes de tripa (Foto: Esther Fernández)
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Mujeres lutieres, breve apunte histórico

Hace tiempo que la incorporación de la perspectiva de género en la investigación musical ha hecho patente la enorme cantidad de mujeres músicas que no aparecen en la historia oficial de la música, o bien que, por razones sociales y familiares, abandonaron la actividad musical, sea profesional o amateur.

Hemos visto iniciativas recientes que representan una gran labor de documentación y esfuerzo para hacer visibles a las creadoras musicales, como el Mapa de creadoras llevado a cabo en los últimos meses por la musicóloga Sakira Ventura, que nos ha permitido salir de las más conocidas como Fanny Mendelssohn o Clara Schumann y conocer muchos más nombres de todo el mundo y de todas las épocas. La precedían los programas de radio y los libros de Victòria Palma, a quien podéis seguir a través del blog Femení i singular, o la investigación de repertorio catalán escrito por mujeres que ha desarrollado Maria Teresa Garrigosa, entre otras iniciativas.

Pero si ya las mujeres en general han sido omitidas de la historia de la música, ¿qué sabemos de las mujeres lutieres? Sólo los hombres hacían instrumentos musicales? Según este artículo (en catalán) de Sàpiens, “El mestre artesà treballava a casa amb la col·laboració de la seva dona, els seus fills i filles i, si el negoci anava bé, tenia algun treballador, assalariat o esclau, i algun aprenent.” 

Hoy en día podemos encontrar de manera habitual mujeres que se dedican al oficio de lutier, aunque sigue siendo un colectivo pequeño en relación al total. A partir de diversas fuentes bibliográficas podemos encontrar rastros de mujeres constructoras de instrumentos en Cataluña que se remontan, al menos, hasta el siglo XVI. En todos los obradores y talleres de construcción de instrumentos musicales hacían trabajo no sólo los hombres, sino las mujeres y también los niños.

En la tesis de Mireia Comas, Les dones soles a la Baixa Edat Mitjana: una lectura sobre la viduïtat, encontramos el siguiente texto (en catalán):

Les activitats a les quals es dedicaven les dones estaven majoritàriament relacionades amb el proveïment de la casa, o amb altres tasques de la llar, o bé la producció de filatures i robes, la producció d’aliments, la venda al detall... Però, tanmateix, trobem tant dones casades com vídues exercint altres tipus de feines allunyades dels rols femenins tradicionals que els atorgava la societat patriarcal. Algunes exercien oficis una mica més prestigiosos i que proporcionaven majors guanys. Es permetien aquestes intromissions femenines en camps masculins, sobretot si aquesta via permetia solucionar problemes familiars, com per exemple, quan una vídua quedava amb fills. Per això s’acceptava, en alguns casos, que la vídua de l’artesà o del mercader es fes càrrec del negoci familiar.

 

El artículo “Mujeres y trabajo en Barcelona a través de procesos judiciales inéditos (1560-1710)”, de Josep Capdeferro, en Artesanos, gremios y género en el sur de Europa (siglos XVI-XIX) muestra como, gracias a los documentos conservados de aquella época, se encuentran pruebas de mujeres que formaban parte del mundo laboral: 

Para una mujer las posibilidades de  trabajar eran muy restringidas; se canalizan a través de cuatro vías, requiriendo las dos primeras la condición de viuda:
 
(...) En este apartado proponemos una clasificación sucinta de los casos y oficios en función de la posición titular, directiva, autónoma o auxiliar que ocupa.

 

El mismo texto de Capdeferro cita a mujeres de los diversos gremios relacionados con la construcción de instrumentos:

  • Maria Àngela Aliota, que tuvo conflictos gremiales e hizo reclamaciones tanto en su nombre como en el de otras viudas de corderos de viola (1645).

  • Maria Vessa, mujer de un cordero de viola ausente durante mucho tiempo Barcelona (1666).

  • Lluïsa Pinyanós/Corrales (dos veces viuda) y Marianna Pujol, las dos corderas y directivas de taller.

En el libro Guitarres i guitarrers d'escola catalana: Dels gremis al modernisme, de Joan Pellisa, aparecen las seguientes mujeres a cargo de talleres:

  • Maria Escalera, mujer del guitarrero Miquel Escaler, que pagó las añadas de 1643 a 1651, que podría indicar que llevó ella el taller, probablemente a causa de la guerra dels Segadors.
  • Jerònima Perellons, mujer de Nicolau Perelló, carpintero, paga las añadas también de 1643 a 1651.
  • Raymunda Vilar, documentada entre 1666 y 1668, se encarga del taller mientras su marido está fuera.
  • Rosa Rubió, documentada en Tàrrega en 1799, viuda de Francesc Rubió, seguramente se hizo cargo de su negocio.

En 1854 encontramos una mujer, Raimunda Camps, en la lista de constructores de pianos de Barcelona recopilada por Manuel Saurí y José Matas en el Manual histórico-topográfico, estadístico y administrativo ó sea Guía General de Barcelona. Su taller estaba, según esta guía, en el número 3 de la Baixada de Viladecols, muy cerca del centro neurálgioo de la fabricación de instrumentos en la calle Ample.

Ya en el siglo XIX, la estirpe Montserrat comienza la actividad de tienda de música y distribuidora en 1870, y alrededor de 1900 se hace cargo la viuda del fundador Francisco Montserrat, tal como indican las marcas a los instrumentos. La venta de instrumentos de otras marcas con el sello propio era una práctica habitual, además de la fabricación propia de instrumentos de viento metal como el bombardino, la tuba, la trompeta o el trombón de varas. En 1932 registraron una patente para fabricar una variante mejorada del saxofón, y se convirtió así en la primera fábrica española en producir este instrumento. Ya entonces, la fábrica tenía al frente una mujer: Francesca Montserrat i Virgili (1881 a 1969). Durante los años de la posguerra Montserrat se convirtió en una referencia en la fabricación y distribución de instrumentos, especialmente de viento, y fue proveedor oficial de instrumentos para la Banda Municipal de Barcelona. Cerraron a finales de la década de 1970.

En el Museu custodiamos el legado de una importante lutier del siglo XX: Nelly van Ree Bernard (1923-2012), fundadora del conjunto Música Ibérica y constructora de instrumentos a partir de modelos antiguos alemanes y holandeses. Reconstruyó la interpretación de estos instrumentos, grabando varios aspectos en discos y cassettes. Además, impartió conferencias y cursos sobre la música antigua española y la música indostánica a diversas escuelas y universidades holandesas y extranjeras. En 2009 donó todo su legado de documentos, planos e instrumentos al Museu de la Música de Barcelona.

Sabemos que hay investigaciones con más nombres de mujeres lutieres que esperamos que se publiquen algún día y, poco a poco, rehagamos una historia que las ha omitido sistemáticamente. 

Fuera de Cataluña podemos encontrar muchos otros ejemplos. Durante la Segunda Guerra Mundial la Gibson Guitar Corporation se quedó sin trabajadores, hombres, porque fueron enviados a la guerra. Para no perder producción, contrataron de manera clandestina al grupo de mujeres Kalamazoo Gals, en principio para la producción de munición, según la versión oficial, aunque en aquel período Gibson construyó más  de 9000 guitarras, las llamadas Gibson Banner. Podéis leer esta interesante historia de mujeres lutieres en el artículo de Marta Bueno.

En definitiva, las mujeres constructoras de instrumentos siempre han estado y son cada vez más visibles.