Préstamo
Viajar sin moverse
Ahora que las restricciones hacen que viajar sea una entelequia que se alarga en el tiempo, queremos recordar cómo el museo ha hecho viajes a lo largo de la historia, sin moverse.
El préstamo de piezas entre museos para exposiciones temporales o permanentes es muy frecuente. No sólo promueve la colaboración entre instituciones, sino que es una importante plataforma de difusión tanto nuestra hacia otros museos, como de aquellos visitantes que, quizás, gracias a una pieza nuestra, acabarán sintiendo la curiosidad de visitarnos en algún momento.
Incluso sabemos que hubo intercambio de piezas antes de que estas formaran parte propiamente del fondo del Museo. Tenemos un caso muy curioso:en el British Museum hay expuesto un violín o cítola muy concreta, posiblemente la más antigua que se conserva y, si repasamos la historia, sabemos que podría haber formado parte de nuestra colección porque lo encontramos entre los instrumentos que Orsina Baget tenía juntamente con Joaquim Folch i Torres. En un trabajo publicado por The British Museum podemos repasar al menos una parte de la historia, excepto justamente la que va de Barcelona hacia fuera.
Pero volviendo a los préstamos entre museos, son los que se reflejan en los catálogos que conservamos en la biblioteca. Si bien nuestra especialidad es la organología, nos hemos ido encontrando una serie de libros que, a priori, no encajaban en nuestra temática, excepto porque en alguna página aparecía algún instrumento nuestro, y que hemos documentado en nuestras bases de datos (tanto en la biblioteca como en la ficha del instrumento). Si consultamos cualquier instrumento del catálogo, veréis que, si este instrumento aparece en algún libro, aparece en la bibliografía del pie de la ficha de catalogación.
Hemos ido de Barcelona a Balaguer, de Viena a Portugal, de Nueva York a Moscú. A continuación os explicamos algunas de las exposiciones más importantes en las que hemos participado.
El 1983 un conjunto de guitarras viajaron a Lisboa para formar parte de la Exposiçao Internacional de Guitarras. La colección de guitarras del Museu es una de las más importantes a nivel mundial que forman parte de un fondo de acceso público. En aquella ocasión nos representaron 4 guitarras: una Antonio de Torres, una Josef Benedid, una Miguel Farán y la “Guitarra de los Leones”.
En Alacant, en 1990, nos volvieron a representar un grupo de guitarras para la Exposición de guitarras antiguas españolas con un catálogo con textos de José Luis Romanillos: un ejemplar de Francisco Sanguino, Juan Pagés, Lluís Reig, José Maria Alcañiz, Antonio de Torres, Josef Benedid y, cómo no, la “Guitarra de los Leones”.
El Metropolitan Museum of Art, de Nueva York, nos invitaba en el año 1991 a la exposición The Spanish guitar, con una guitarra de Francisco Sanguino, el guitarrón de Joseph Massaguer, una guitarra de Juan Pagés, una de Joan Matabosch y una de Antonio de Torres.
En 1998 se celebraba en Viena la exposición Esplendor de España 1598.1648, de Cervantes a Velázquez, en la que participaron 42 museos e instituciones con más de 300 objetos para mostrar. En nuestro caso fue el claviórgano de Lorenz Hauslaib, uno de los tres que quedan en el mundo de este constructor, y el único que funciona después de un largo proceso de restauración.
También en 1998 Julià Guillamon fue el comisario de la exposición El món de Joan Perucho: l’art de tancar els ulls, en Barcelona mismo, en la que tres instrumentos formaron parte y, además, de los más curiosos del museo: un serpentón, un buccén y el violonchelo Stroh.
En 1999 tuvimos ocasión de viajar a Madrid, al Museo Nacional del Prado, para participar en la exposición Felipe II. Un monarca y su época, en la que nos representaron un clavicordio catalán del S. XVIII, una viola de brazo -inspirada en un modelo antiguo- hecha per Ignacio Fleta, y el archilaúd de Matteo Sellas.
En Nuremberg, en 2012, se celebraba Quasi centrum Europae Europa kauft in Nürnberg: 1400-1800, un repaso a los últimos 400 años de historia europea, en la que el claviórgano de Lorenz Hauslaib hizo acto de presencia.
En Balaguer, en el Museu Comarcal de la Noguera, en el año 2016, hicieron la exposición Germans Pla: les arrels de la memòria, comisariada por Oriol Pérez Treviño, en la que mandamos una flauta y un oboe hechos por Xuriach en el S. XVIII. La exposición era resultado de una investigación sobre la importancia de los hermanos Pla y su relación con la ciudad de Balaguer:
Conocemos relativamente pocos datos objetivos sobre estos tres hermanos músicos y compositores: que se llamaban Juan Bautista, José y Manuel; que nacieron durante el primer cuarto del siglo XVIII y que a mediados del siglo los encontramos en varias cortes europeas de Portugal, Inglaterra, Francia, Italia y Alemania formando parte de coros y orquestas; que también trabajaron para la corte del rey de España en Madrid y que tocaban varios instrumentos como el oboe, la flauta, el salterio y el fagot y que contemporáneos suyos como J. Mainwaring, J.F.D. Schubart o B. Saldoni publicaron excelentes críticas que han llegado hasta nosotros. Hemos conservado una parte de sus composiciones que desde hace unos años músicos especialistas e instituciones están recuperando en un intento de salvaguardar este patrimonio. [http://museucn.com/ca/exposicions/temporals-anteriors/germans-pla.html]
Actualmente y desde el 2017 encontrareis ocho instrumentos nuestros en la exposición permanente del MIM Arizona: un salterio, una arpa, una bandurria, el guitarrón de Massaguer, tres guitarras y un oboe.
En 2017 participamos en más exposiciones temporales, pero sin catálogo impreso: el guitarrón de Massaguer se fue al Monestir de Pedralbes, a Les dones també seuen; la guitarra inflable de los Baschet viajó hasta Ceret, al Musée de la Musique, en Supersonic. En quête de l’inouï, y la tenora de Pep Ventura a Figueres, durante el bicentenario de su nacimiento, y en el Museu Marítim, con A la vora de la mar.
El último préstamo, en 2019, ha sido el de un retrato de Isaac Albéniz hecho por Darío de Regoyos para la exposición Impressionism and Spanish art, comisariada por Francesc Fontbona en el Museum of Russian Impressionism de Moscú.
De todos estos viajes podemos ver que si las exposiciones son especializadas, cuentan con nuestro fondo en todo el mundo. Asimismo, cuando las exposiciones no son exclusivamente musicales, la música -a través de los instrumentos musicales conservados- es una manera de dar un contexto social importante de toda una época. De los miles de instrumentos que existieron, existen y existirán, sólo algunos, para suerte y privilegio, quedan en un museo que les da una segunda vida: documentar épocas, músicas, gustos, revoluciones tecnológicas y relaciones sociales.