Trucs i consells
El primer paso es lavarlos para que queden muy blancos y no se oxiden cuando los cortemos a láminas. Evitaremos el agua, que estropea el sabor de las setas. A cambio, tenemos la opción de frotarlos con un paño húmedo con limón o con agua con harina.
Después de cortarles el pie, los cortaremos a láminas finas que colocaremos en un plato grande a temperatura ambiente o en el horno, a temperatura baja, y los dejaremos hasta que se sequen. Cuando ya lo estén, los podemos guardar en una bolsa de plástico, en un lugar seco y que no reciba mucha luz.
Para rehidratarlos, habrá que cubrirlos con agua hirviendo y dejarlos reposar 20 minutos. Y no tiraremos el agua, que podemos aprovechar para dar más sabor a salsas, sopas o cremas.